Calzado para el bebé: entre los 12 y los 36 meses
Actualizado: 5 de septiembre de 2022
Al nacimiento, el pie del bebé suele medir unos 7’5 centímetros, tiene esa forma redondeada y presenta una capa de grasa que oculta la bóveda o arco. Mientras los bebés no caminan, no necesitan zapatos. Es más, la mayoría de los especialistas recomiendan no ponérselos para no someter al pie a ningún tipo de molestia, roce o presión. Los patucos de toda la vida son más que suficientes.
La compra de calzado para el bebé hay que posponerla hasta más o menos los doce meses, cuando el niño empieza ya a dar muestras de querer andar. En ese momento su pie, que mide unos 12 cm, es más bien redondo y plano y sus huesos no están totalmente solidificados, por lo que necesita un calzado que se adapte a sus necesidades.
Flexibles y firmes, así deben ser los primeros zapatos de un niño. Flexibilidad para que los pies se puedan mover naturalmente sin impedimentos y se adapten a sus movimientos. Y firmes con refuerzos en la puntera y el contrafuerte y una buena sujeción del tobillo (debe llegar hasta por debajo de los huesos laterales del tobillo).
Además, la horma ha de ser ancha para que el pie no quede apretado y los dedos superpuestos; también debemos asegurarnos de que no lleva molestas costuras internas metiendo la mano por dentro. En cuanto a la suela, puede ser de cuero o de goma, siempre que permita flexionar el pie y no resbale, un detalle importante para un pequeñín que está aprendiendo a caminar.
Por último, y es un consejo extensible a todas las edades, los materiales de un buen calzado infantil para el bebé de entre 12 y 36 meses han de ser naturales, más caros, cierto, pero saludables: piel, cuero, algodón, loneta, tela… los sintéticos, además de aumentar la temperatura del pie, evitan que traspire y provocan más rozaduras. Mismo consejo para los calcetines, mejor de algodón o lana.
Creado: 27 de junio de 2013