Actividades extraescolares: cuáles y cómo elegirlas

¿Qué hacer con los niños después de clase? La oferta de actividades deportivas, académicas y de otra índole es enorme. Te damos algunos consejos para escoger las que mejor se adapten a sus necesidades.
Niños practicando judo

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 18 de septiembre de 2024

La mayoría de los padres quieren que sus hijos completen su formación participando en actividades extraescolares. Este tipo de actividades también cumplen la función de alargar la jornada escolar de los niños, para que sus padres puedan cumplir con sus obligaciones laborales u otro tipo de compromisos, mientras ellos se divierten practicando un deporte o aprovechan para ampliar conocimientos en materias distintas a las que se imparten en la escuela (teatro, música, robótica, ajedrez, otro idioma…). Pero conviene siempre elegir bien, y encontrar un equilibrio entre conciliación y aprendizaje y evitar la saturación de los niños con un exceso de actividades que les agoten física o mentalmente.

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¿Son convenientes las actividades extraescolares?

Los expertos coinciden en que las actividades extraescolares son beneficiosas para los niños porque favorecen su desarrollo personal y las relaciones sociales con sus amigos o compañeros de clase, en un ambiente diferente. El desarrollo de actividades extraescolares está relacionado con un mejor nivel de educación y rendimiento académico, y una mayor madurez personal y social. Además, organizar y supervisar parte del tiempo de ocio de los menores puede evitar actitudes o comportamientos inadecuados.

Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Georgia apuntaba a que las actividades extraescolares no siempre son positivas, y que incluso un exceso puede llegar a ser perjudicial para su salud mental, sobre todo cuando les quitan tiempo para descansar y para socializar, por lo que es importante no sobrecargarles y mirar por su bienestar emocional.

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Por todo ello, es muy importante contar con la opinión del menor a la hora de seleccionar el tipo de actividades que va a desarrollar, porque el niño puede verlas como una imposición y terminar aborreciéndolas. Aunque el padre hubiese querido ser una estrella de fútbol, es posible que su hijo se incline más por el baloncesto o por el ballet clásico, por lo que no debe considerar que lo mejor es darle la oportunidad (que no tuvo él) de llegar a ser un gran campeón, incluyéndole en el equipo de fútbol infantil del colegio o del barrio. Por el contrario, lo mejor es hablar con el niño y proponerle distintas actividades, tanto deportivas como culturales y de ocio, para que él señale las que más le interesan.

Puede ocurrir que comience alguna de ellas y descubra posteriormente que no le agrada o no se le da bien (sobre todo en el caso de los deportes). En ese caso, tampoco pasa nada por cambiar a otra, hasta dar con la que más se adapte a sus gustos y posibilidades. Es aconsejable combinar actividades deportivas y de ocio, con alguna de tipo académico que aporte un valor añadido para el futuro del estudiante, como los idiomas y la informática.

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Niños aprendiendo natación

Tipos de actividades extraescolares

La oferta de actividades extraescolares es muy variada. En casi todos los colegios se imparten este tipo de actividades fuera del horario lectivo, y hay que añadir las posibilidades de acudir a polideportivos cercanos (en el caso de querer practicar algún deporte) o a centros privados dedicados a la enseñanza de materias como idiomas, informática o música.

Los beneficios que las actividades extraescolares pueden reportar son también diferentes. En el caso de los deportes, su práctica sirve para mejorar la coordinación, la psicomotricidad, la agilidad y la flexibilidad y, además, contribuyen al bienestar físico y emocional del menor, y previenen enfermedades como la obesidad y la diabetes que, en numerosas ocasiones, tienen su origen en la infancia a consecuencia de hábitos nocivos como el sedentarismo y una dieta inadecuada.

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Las actividades deportivas son muy convenientes para canalizar la energía de los niños hiperactivos, por ejemplo, y cuando se trata de juegos en equipo también contribuyen a fomentar las relaciones sociales de los más tímidos. Entre los más demandados se encuentran: tenis, artes marciales, fútbol, baloncesto, danza, natación y balonmano. Hablando de niños hiperactivos, una investigación apuntaba a que algunas extraescolares pueden ayudarles a atenuar sus síntomas y reducir el número de ausencias escolares.

Las actividades académicas sirven para consolidar los conocimientos adquiridos en el horario escolar o para aprender otras disciplinas que no se imparten en el colegio. Lo más habitual es que los niños acudan a clases de idiomas, bien para mejorar el que estudian en el colegio, o bien para aprender otro adicional. También la informática está muy solicitada y suele ser del agrado de los pequeños, que tienen gran facilidad para familiarizarse con las nuevas tecnologías. En la misma línea, y según crecen, exiten opciones más específicas como robótica y programación, que estimulan el pensamiento lógico y las habilidades tecnológicas desde una edad temprana​.

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La música, la pintura, la danza y el teatro son actividades extraescolares que se encuadran en el ámbito del ocio, que resultan muy recomendables porque potencian la imaginación y la creatividad de los pequeños, y les permiten poner en práctica sus habilidades manuales y su capacidad psicomotriz. De hecho, un estudio realizado por la University College London apuntaba a que los adolesentes que realizan este tipo de extraescolares artísticas pueden mejorar su autocontrol y reducir el comportamiento antisocial.

En cualquier caso, es conveniente que las actividades extraescolares tengan un aspecto más lúdico que el de las materias que se imparten durante el horario lectivo, para que los alumnos tengan la sensación de desconectar de las actividades habituales de la escuela y no se sientan saturados ante la visión de jornadas académicas interminables.

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Padres eligiendo actividad extraescolar

Consejos para elegir actividad extraescolar

A continuación te ofrecemos algunos consejos para acertar en la elección de la actividad extraescolar que más se ajusta al perfil de tu hijo:

  • Hablar con los profesores: ellos también pueden orientar sobre las preferencias y capacidades del niño, y qué aspectos de su carácter podrían beneficiarse con el desarrollo de ciertas actividades.
  • Preguntar al menor qué le gustaría hacer, explicándole las características de las distintas opciones disponibles. Algunos niños demuestran un interés clarísimo desde muy pequeños por la pintura, ciertos deportes, la informática, la música… En otros casos, habrá que ir probando. Es importante tener en cuenta sus intereses para no generarles rechazo.
  • Tener en cuenta las capacidades y habilidades del niño para evitar frustraciones. Si pasado un tiempo no están a gusto con la actividad podéis cambiarle a otra sin dramas.
  • Combinar actividades académicas (idiomas, talleres de refuerzo…) con otras de ocio (artísticas, ajedrez, ballet…) o deportivas (judo, tenis, fútbol…), para que resulte más divertido y no parezca una extensión de la jornada escolar sin más.
  • Asegurarse de que el niño podrá asistir a la actividad sin problemas (no apuntarle el viernes por la tarde si la familia tiene por costumbre salir fuera de la ciudad casi todos los fines de semana).
  • Elegir actividades cercanas al colegio o al hogar facilita la logística familiar y reduce el estrés tanto para los padres como para los niños. Además, se debe considerar cómo afecta la actividad a la conciliación familiar y laboral​.
  • Informarse de las actividades que se desarrollan en el mismo centro donde estudia el niño, o en polideportivos cercanos, porque suelen estar subvencionadas por las administraciones locales, y el coste es más económico que si se acude a centros privados; además, facilitan la conciliación y ahorrar tiempos en desplazamientos.
  • Tener en cuenta que el niño también tiene que hacer deberes, estudiar, jugar y tener tiempo libre para descansar y estar con su familia después de la actividad, por lo que no se debe abarrotar la agenda del menor porque podría provocarle estrés y perjudicar su rendimiento académico.
  • Si el niño muestra señales de estrés o cansancio, como falta de apetito, problemas para dormir o cansancio extremo, es posible que esté sobrecargado. En este caso, ajusta la frecuencia o reduce el número de actividades para permitirle más tiempo de descanso​.

Creado: 20 de diciembre de 2010

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