Disfraces infantiles
Halloween es una buena ocasión para los niños para disfrazarse, un pasaporte perfecto al mundo de la imaginación que conlleva muchos beneficios para los pequeños. Te damos trucos para que les pierdan el miedo.

Niños y disfraces, qué les aportan: diversión pedagógica

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 31 de octubre de 2022

Disfrazarse de superhéroe, de vaquero, de princesa, de bombero, de médico, de sirena, de rockero, de Cleopatra… Son miles las opciones que tienen los niños para convertirse por un momento en lo que siempre han querido ser: desde personajes de ficción que admiran o les resultan divertidos a esas profesiones que quieren desempeñar cuando sean mayores. Los psicólogos coinciden en destacar las ventajas pedagógicas que esta actividad puede aportarles y que podemos aprovechar, ya que a los pequeños les encanta imitar los comportamientos de otros (sobre todo a vosotros, papás) y, por ello, disfrazarse es una de sus actividades favoritas.

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A partir de los tres años aproximadamente los niños ya son más conscientes de los personajes que eligen y disfrutan mucho más de la experiencia de disfrazarse. Así, está en nuestras manos sacarle el máximo partido a esta actividad, pudiendo dar varias opciones a los pequeños (procurando no influirles con criterios sexistas) e incluso animarles a hacer ellos mismos el disfraz. Y es que participar en su creación supone un extra de ilusión.

A partir de ahí se abren muchas posibilidades lúdicas y nuestros hijos pueden divertirse mucho inventando un sinfín de historias. Pero no olvidemos que esto va más a allá de un simple juego, ya que disfrazarse conlleva numerosos beneficios para ellos. Diversión sumada a ciertos efectos positivos para su desarrollo… ¿Qué más se puede pedir?

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Disfraces para niños según la ocasión

Cualquier momento es bueno para disfrazarse; de hecho, desde la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) aconsejan este tipo de juego a lo largo de todo el año. Además, es una de las formas de jugar más recomendadas entre padres e hijos. Por eso, siempre que a los menores les apetezca podemos aprovechar para disfrazarles, e incluso podemos organizar una fiesta de disfraces con otros amiguitos.

Pero hay fechas especiales en las que los disfraces se convierten en protagonistas, como los Carnavales. Es la época por excelencia, ya que durante estos días los niños disponen de mil y una opciones para disfrazarse de lo que quieran (incluso pueden reciclar disfraces que ya tuvieran). A esto se suma que seguramente en el colegio se establecerá una temática determinada para todo el grupo de alumnos, con actividades, bailes, pasacalles y decoración expresa para el evento. Sin duda, una oportunidad fantástica de que los pequeños se diviertan al máximo.  

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Bebé con un disfraz de halloween

Otra ocasión idónea es la llegada de Halloween, donde pueden lucir unos disfraces muy especiales. Sin embargo, ya que esta festividad homenajea a los espíritus, la muerte, las brujas y todo tipo de seres terroríficos, hay que tener especial cuidado con los niños más pequeños, porque en vez de disfrutar pueden pasarlo mal. Ciertos disfraces llegan a ser bastante desagradables y hay que suavizarlos en el caso de los niños más asustadizos. Un buen recurso puede ser disfrazarles de calabaza, otro de los símbolos típicos de esta festividad.

Y otra época del año en la que los niños suelen animarse más a disfrazarse es la Navidad, porque el ambiente es muy propicio para ello. De Papá o Mamá Noel, de Reyes Magos, de duendecillos, de abeto, de reno, de muñeco de nieve… hay varios looks para elegir. Además, en el colegio también suelen proponerles hacer una obra de teatro o disfrazarse de personajes del Belén, por ejemplo.

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Madre e hijos disfrazándose

Los niños pequeños se divierten más si ven que también sus padres se disfrazan.

Beneficios de disfrazarse para los niños

Como la mayoría de psicólogos y expertos en pedagogía apuntan, disfrazarse proporciona a los niños un montón de beneficios para su desarrollo personal en varias facetas, no sólo en el aspecto lúdico de diversión que les proporciona por unos días. Estas son algunas de las ventajas más importantes que podemos observar:

  • Desinhibe: cuando se disfrazan, los niños se expresan más libre y abiertamente, ayudándoles a liberar tensiones y a sacar lo que les atormenta interiormente. Incluso un disfraz concreto puede aumentar su confianza o reforzar ciertas aptitudes. Por ejemplo, al disfrazarse de un superhéroe se sentirán más valientes, poderosos e independientes. Por tanto, es la oportunidad perfecta para observar a nuestros hijos y obtener información valiosa sobre sus sentimientos, inquietudes y preocupaciones.
  • Potencia la imaginación: la teatralización que supone disfrazarse fomenta más aún poder crear personajes e historias diferentes y muy divertidas. Nuestros hijos se creerán auténticos piratas surcando los mares o princesas de cuento en busca de su príncipe azul. La fantasía y la imaginación pueden llegar a ser desbordantes gracias a los disfraces. 
  • Facilita la empatía: al adquirir otro rol u otra personalidad, los pequeños pueden ver la realidad desde otro punto de vista y ponerse en el lugar de los demás. Pueden adquirir conciencia de lo importante que es la salud cuando se disfrazan de médico o lo necesaria que es la seguridad cuando se disfrazan de policía, por ejemplo. Por tanto es una experiencia de la que se aprenden muchos valores educativos. En este sentido es importante optar por disfraces positivos, y no por aquellos que puedan transmitir mensajes violentos, discriminatorios o demasiado idealizados.
  • Fomenta la creatividad: los pequeños pueden mezclar distintos disfraces, idear complementos o aportar cualquier elemento creativo. Disfrazarse no tiene reglas y no entiende de modas. Deja que tus hijos tengan a mano la ropa vieja, guantes, sombreros, toallas o todo aquello que ya no te valga, para que ellos lo aprovechen y lo integren en sus juegos. Además, les encantará disfrazarse de ti.
  • Estimula la inteligencia y el desarrollo del vocabulario: jugar con disfraces ayuda a procesar la información que reciben los niños del mundo adulto y a aplicarla a sus juegos (por ejemplo, qué tiene que hacer el médico para curar a sus pacientes). Se trata de un juego simbólico que lleva emparejada una mayor expresividad lingüística, que facilita un vocabulario más rico.  

Creado: 28 de octubre de 2015

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