El impacto emocional de la jubilación
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Para hacer una correcta valoración de lo que nos espera en la etapa de la jubilación y tener así unas expectativas adecuadas, es importante conocer las consecuencias buenas y malas que pueden depararnos diferentes circunstancias de nuestra vida. Algunos de los efectos secundarios más o menos frecuentes de la jubilación son los que se describen a continuación:
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Consecuencias negativas
Estrés asociado al cambio de hábitos y a la reducción de ingresos económicos, cierta tristeza acompañada de apatía asociada a la melancolía de lo que queda atrás y que en algunos casos puede ser similar a la sintomatología depresiva (soledad, reducción de la autoestima…), sensación de pérdida de valía personal, cambios (generalmente reducción) de las relaciones sociales, desgana producida por el aburrimiento. A estos cambios, en algunos casos se le unen los problemas de salud física lo que hace que, junto a la dificultad para disfrutar de tareas fuera del trabajo, la persona jubilada sienta que no tiene control de su propia vida ni del mundo que le rodea.
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Consecuencias positivas
Llega por fin la tranquilidad y descanso tan deseado y merecido. El mayor tiempo libre permite disfrutar realizando diferentes actividades, como practicar deporte, viajar o cocinar, dedicar más tiempo a la familia, a los amigos y a los hobbies, etcétera, que incrementan el bienestar físico y emocional. Por otro lado, diferentes estudios sostienen que la jubilación aumenta los lazos de unión con la pareja, siempre que ambos miembros ya se llevasen bien antes de la jubilación.
Factores de riesgo para una mala jubilación
Existen algunas variables que pueden aumentar la probabilidad de una mala adaptación a la jubilación:
Creado: 8 de febrero de 2012