La resistencia es una de las cualidades físicas más importantes en deportes como el atletismo, el fútbol o el ciclismo. Aprende a mejorarla con constancia, una buena alimentación y la rutina de ejercicios que te proponemos.
Periodista especializada en deporte, belleza y bienestar
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Trabajar la resistencia debería estar incluido en los entrenamientos de todo el mundo, sea cual sea la condición física y el objetivo último de ese entreno. Luis Manuel Aranguren, técnico en fitness de McFIT España, nos repasa algunos de los muchos beneficios que tiene trabajar específicamente la resistencia:
Mejora de la capacidad cardiorrespiratoria, haciendo que pulmones y corazón funcionen de forma más eficiente.
Ayuda a reducir las pulsaciones por minuto del corazón al fortalecer su musculatura. Y es que con el trabajo de resistencia la musculatura del corazón se vuelve más fuerte, lo que le permite bombear más sangre en cada latido. Esto hace que tenga que latir menos veces y, por tanto, se canse menos.
Hace que el consumo máximo de oxígeno aumente.
Mejora la presión sanguínea, ya que la sangre circula con más fluidez.
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Aumenta el número de capilares, lo que favorece que lleguen más nutrientes a los músculos. Además, facilita la eliminación de desechos en sangre, lo que implica una fatiga menor.
Ayuda a aumentar el colesterol HDL, el bueno.
Contribuye a reducir el estrés y la ansiedad, ya que colabora en la segregación de las hormonas que nos hacen sentir bien, entre ellas la serotonina.
También facilita la conciliación del sueño y que éste sea de calidad y reparador.
Mejora el funcionamiento de los órganos que se encargan de eliminar las sustancias de desecho, como son los riñones o el hígado.
Al movilizar la musculatura abdominal, tanto la externa como la interna, facilita que el organismo pueda evacuar mejor y, por lo tanto, tiene un efecto laxante.
Ayuda a disminuir la pérdida de minerales que tienen los huesos. Esto es especialmente importante cuando cumplimos cierta edad, donde debido a las variaciones hormonales, sobre todo en las mujeres, nuestros huesos empiezan a perder minerales y aumenta el riesgo de osteoporosis.
Facilita el control del porcentaje de grasa corporal de nuestro cuerpo. La grasa se utiliza como fuente de energía, y ésta se quema en cuanto empezamos a entrenar.
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Como ves, el entrenamiento de la resistencia no es solo una cuestión de mejorar tus tiempos o no estar con la lengua fuera antes de tiempo cada vez que sales a correr o jugar al fútbol con tus amigos.