Fecundación in vivo
Médico de Familia
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Qué es la fecundación in vivo
La fecundación in vivo (también conocida como inseminación artificial o inseminación intrauterina, IUI) es una nueva técnica de reproducción asistida que mejora las posibilidades de supervivencia de los embriones, además de reducir las anomalías cromosómicas que estos pueden sufrir durante el proceso. Una de las grandes ventajas de la fecundación in vivo frente a la fecundación in vitro es que no es necesario cultivar los embriones en el laboratorio, sino que estos se desarrollan en su medio natural, el útero materno, ya que el óvulo se transfiere al útero inmediatamente después de ser fecundado.
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La fecundación in vivo reduce considerablemente los gastos de la fecundación in vitro, donde los óvulos fecundados deben pasar varios días en incubadora (entre dos y cinco días) antes de ser implantados en el útero; esto permitirá que muchas parejas con pocos recursos económicos tengan más posibilidades de conseguir el deseado embarazo.
Indicaciones de la fecundación in vivo
La fecundación in vivo es una técnica de reproducción asistida más simple que la fecundación in vitro (FIV). Se utiliza cuando se desea que la fecundación ocurra de manera natural dentro del cuerpo de la mujer, pero se facilita el proceso al colocar esperma directamente en el útero durante el período ovulatorio. Las principales indicaciones para recurrir a la fecundación in vivo incluyen:
- Factor masculino leve: en casos donde el hombre tiene una calidad espermática ligeramente reducida (bajo conteo espermático, movilidad limitada o morfología subóptima), pero suficiente para lograr una fecundación en condiciones favorables.
- Infertilidad de causa desconocida: cuando una pareja tiene dificultades para concebir, pero después de pruebas exhaustivas no se encuentra una causa específica, la inseminación intrauterina puede ser una opción viable.
- Problemas en la ovulación: mujeres con trastornos de ovulación, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), pueden beneficiarse de la fecundación in vivo, especialmente cuando se combina con la estimulación ovárica para asegurar la liberación de uno o más óvulos en el momento de la inseminación.
- Factor cervical: en algunos casos, el moco cervical puede ser hostil o impedir el paso de los espermatozoides hacia el útero. La inseminación intrauterina evita este obstáculo al depositar el esperma directamente en el útero.
- Endometriosis leve: mujeres con endometriosis leve que no pueden concebir de manera natural, pero que tienen buena reserva ovárica y trompas de Falopio funcionales, pueden recurrir a la fecundación in vivo.
- Disfunción sexual o problemas con la eyaculación: en parejas donde el hombre tiene dificultades para eyacular o en mujeres con vaginismo u otros problemas que dificultan la relación sexual, la inseminación artificial puede ayudar a evitar estas barreras.
- Donación de esperma: en casos donde la pareja masculina es infértil o no se tiene pareja masculina (como en el caso de mujeres solteras o parejas homosexuales femeninas), la fecundación in vivo puede realizarse con esperma de donante.
- Deseo de un tratamiento menos invasivo: parejas que prefieren una opción de tratamiento menos invasiva y menos costosa que la FIV pueden intentar la inseminación artificial como primera línea de tratamiento, especialmente si no hay problemas graves que dificulten la fertilidad.
- Trompas de Falopio funcionales: esta técnica solo está indicada si las trompas de Falopio están en buen estado, ya que es necesario que los óvulos y espermatozoides se encuentren en las trompas para que ocurra la fecundación.
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Aunque la fecundación in vivo es menos compleja y menos costosa que la fecundación in vitro, su tasa de éxito es menor y generalmente se recomienda en casos de infertilidad leve o moderada. Si este tratamiento no tiene éxito tras varios intentos, se puede considerar la FIV como una opción más avanzada.
Procedimiento de la fecundación in vivo
El procedimiento de una fecundación in vivo consiste en implantar los óvulos fecundados en una cápsula de silicona que se inserta en el útero materno. Este dispositivo se comporta como una incubadora en miniatura y permite que los embriones se desarrollen en las mismas condiciones ambientales (luz, temperatura, nutrientes) que las que tendrían de haberse producido la fecundación de forma natural. A los pocos días, se retira la cápsula para estudiar la viabilidad de los embriones y seleccionar los más sanos, que vuelven a implantarse en el útero de la madre.
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Existe, además, la posibilidad, de introducir el dispositivo en el útero e insertar posteriormente óvulos y espermatozoides para que la fecundación se produzca en el propio útero materno, lo que incrementaría aún más la efectividad del tratamiento. Tanto los óvulos como los espermatozoides pueden ser de la pareja o de donantes anónimos.
Lo más importante es que las anomalías cromosómicas detectadas en el 30% de los embriones que se desarrollan mediante la fecundación in vitro podrían reducirse en un 20% gracias a este nuevo método. Además, desde el punto de vista psicológico hace que los padres se acerquen más al proceso de Reproducción Asistida.
Creado: 28 de diciembre de 2010