La exposición prenatal al tabaco puede causar asma
13/11/2014
La exposición de la embarazada al humo del tabaco y a la contaminación atmosférica se consideran dos de los principales factores de riesgo prenatales para que el futuro bebé desarrolle asma y alergias durante su infancia, según las conclusiones de una revisión de estudios que ha llevado a cabo la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).
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Se estima que entre el 10 y el 35% de las mujeres fuman durante el embarazo, a pesar de que, como explica el doctor Luis García-Marcos, miembro del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de SEICAP, este hábito puede duplicar, e incluso triplicar, el riesgo de que el niño desarrolle asma durante su infancia. Por ello, añade el experto, es de vital importancia concienciar a las mujeres de los problemas respiratorios que puede causar a sus hijos el hecho de que sigan fumando durante el embarazo.
El tabaco es tan perjudicial para el feto, que también le afecta si su madre se ha encontrado expuesta al humo del tabaco fumado por otros durante la gestación. La exposición a este humo –tanto durante el desarrollo intrauterino, como a lo largo de la infancia– también incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enfermedad alérgica hasta los 16 años, según revelan los resultados de un estudio sueco que se publicó en septiembre en la revista Pediatrics.
La exposición al humo del tabaco –tanto durante el desarrollo intrauterino, como a lo largo de la infancia– también incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enfermedad alérgica hasta los 16 años
Según datos de la SEICAP, en la actualidad el 12% de los niños en edad escolar padecen asma, y entre 800.000 y un millón de niños sufre algún tipo de alergia. Además, en el caso de que los padres sean asmáticos, las posibilidades de tener asma se duplican. Sin embargo, el Dr. García-Marcos señala que es posible prevenir la aparición de alergias modificando ciertos hábitos durante la gestación y la infancia.
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Este especialista aconseja seguir la dieta mediterránea porque se ha comprobado que este tipo de alimentación constituye un factor protector frente al asma. En cuanto a los alimentos que la embarazada no debe tomar porque pueden suponer un mayor riesgo para que su hijo desarrolle enfermedades alérgicas, destacan los aceites vegetales, la margarina, las nueces y la comida rápida.
Los pediatras alergólogos también advierten de que es importante evitar el estrés durante el embarazo, porque se ha demostrado que, sobre todo en aquellos casos en los que existe una predisposición genética, si la mujer sufre estrés durante la gestación hay más posibilidades de que el niño desarrolle asma. Además, recomiendan prolongar la lactancia materna hasta los 4-6 meses, y retrasar el ingreso del niño en la guardería hasta que cumpla un año, para que su sistema inmunológico se encuentre más preparado para afrontar posibles infecciones.
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Fuente: Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP)
Actualizado: 29 de agosto de 2017