Prevención de la tos ferina: vacunación y consejos
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 2 de febrero de 2024
La mejor vía de prevención para la infección por Pertussis es la vacunación. Hoy en día, en el calendario de vacunación infantil oficial, se incluye una vacuna triple bacteriana conocida como DTP (de las siglas Difteria, Tétanos y Pertussis).
Esta vacuna para prevenir la tos ferina o coqueluche, que se administra en cinco dosis, se puede y se debe administrar a los bebés. El calendario oficial marca como edades de vacunación para Pertussis los dos, cuatro y seis meses de edad; los 18 meses; y los cuatro-seis años.
Igualmente, se recomienda vacunar de la tos ferina a las embarazadas entre las semanas 27 y 36 de gestación, dado que aporta inmunidad al feto y disminuye la probabilidad de infección en los primeros meses de vida, hasta que el bebé pueda comenzar su propio programa de vacunación. Esta se vacuna se conoce como Tdap (tétanos, difteria y pertussis acelular para adolescentes y adultos), dado también se aconseja que para adolescentes y adultos que no hayan recibido previamente una dosis de Tdap, para asegurar la protección contra la tos ferina y reducir la transmisión a bebés y otros miembros vulnerables de la comunidad.
¿Es eficaz la vacuna de la tos ferina?
La inmunidad que proporciona la vacuna dela tos ferina no es 100% eficaz, y de hecho esta protección frente a la infección desciende al cabo de dos años tras su administración. De ahí que si la última dosis se administra a los 4-6 años según cada calendario vacunal, cada vez sea más frecuente encontrar la infección en adolescentes y adultos. Por ello se ha propuesto administrar una dosis de refuerzo en torno a los 14 años de edad, si bien no está todavía generalizada esta vacunación. Esto disminuiría probablemente los casos en adolescentes y adultos no vacunados o ineficazmente vacunados.
Otras medidas de prevención de la tos ferina
La enfermedad hoy por hoy constituye un problema de salud pública, aun sin ser una enfermedad grave, y por tanto debe notificarse todo caso confirmado de infección para la detección y el control de posibles brotes epidémicos.
Aún no existe una normativa oficial en cuanto a la administración de antibióticos a aquellos individuos expuestos a un caso enfermo, por ejemplo en familiares o en guarderías. En pacientes diagnosticados de tos ferina se utiliza eritromicina, azitromicina o claritromicina (macrólidos) 500 mg, durante diez días más o menos.
Además, se deben seguir estas medidas para prevenir y controla la infección:
- Higiene respiratoria: practicar una buena higiene respiratoria es crucial para prevenir la propagación de la tos ferina y otras infecciones respiratorias. Para ello se debe:
- Cubrir la boca y la nariz con un pañuelo al toser o estornudar y desechar el pañuelo de manera adecuada.
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente después de toser, estornudar, o antes de comer o preparar alimentos.
- Usar desinfectante de manos a base de alcohol si el agua y jabón no están disponibles.
- Evitar el contacto con personas infectadas: si se sabe que alguien está infectado con tos ferina, es importante evitar el contacto cercano con esa persona, especialmente si en tu hogar hay bebés, mujeres embarazadas o personas con sistemas inmunitarios debilitados.
- Aislamiento de casos confirmados: las personas diagnosticadas con tos ferina deben permanecer aisladas de la escuela, el trabajo y otras actividades sociales hasta que hayan completado al menos cinco días de tratamiento con antibióticos, reduciendo así el riesgo de transmitir la enfermedad a otros.
La combinación de vacunación, prácticas adecuadas de higiene y medidas de control de infecciones constituyen la estrategia más efectiva para prevenir la tos ferina y proteger a las poblaciones vulnerables.
Creado: 11 de enero de 2012