Responsabilidades del cuidador y cómo le afectan
Actualizado: 4 de noviembre de 2022
Cuidar a una persona mayor en situación de dependencia a causa de una discapacidad física, sensorial o psíquica (demencia, alzhéimer…), supone un gran esfuerzo físico y emocional. Al hablar de cuidadores hay que distinguir entre profesionales y no profesionales. Los primeros son personas con una especialización académica y que ejercen esta función como un trabajo remunerado y dentro de un horario a través de instituciones públicas o privadas. Los no profesionales son generalmente familiares, amigos, o voluntarios, que dedican su tiempo a atender y cuidar a personas de una manera informal y sin recibir compensación económica alguna.
En este segundo caso es poco habitual que cuenten con formación específica para desempeñar esta tarea, por lo que es más frecuente que los problemas físicos y psicológicos derivados del ejercicio de los cuidados les afecten más a ellos que a los cuidadores profesionales.
La carga de responsabilidad del cuidador dependerá, obviamente, del grado de dependencia de la persona a la que atienda. Sin embargo, por lo general su día a día implica una dedicación casi en exclusiva, ya que lo habitual es que tenga que ocuparse, entre otras labores, de:
Esta situación implica que la persona cuidadora deje a un lado sus necesidades personales para atender y dar prioridad a las del paciente; una situación que, con el paso del tiempo, desencadena en el cuidador una serie de problemas tanto en el plano físico, como en el psicológico y social.
Creado: 8 de octubre de 2015