Síntomas de la apnea del sueño
Por: María Alba Jiménez
Licenciada en Medicina por la Universidad de Alcalá de Henares y pediatría en el Hospital General de Villalba
Actualizado: 19 de septiembre de 2024
En la apnea del sueño, los músculos se relajan y obstruyen el flujo de aire, disminuyendo la concentración de oxígeno en la sangre. Esta apnea provoca que, en ocasiones, el paciente se despierte de forma brusca por la sensación de ahogo que le produce. Esto conduce a una fragmentación del sueño, con la consecuente disminución del descanso nocturno. Una vez finalizada la apnea, los músculos recuperan su tono normal, se alivia la obstrucción y se reanuda la respiración, frecuentemente con un gran ronquido, el síntoma más común del síndrome de la apnea obstructiva del sueño (SAOS), que ocurre debido a la vibración de los tejidos blandos en las vías respiratorias cuando están parcialmente bloqueadas.
El patrón puede repetirse diez veces o más en una hora, durante toda la noche. Es posible que la persona no se dé cuenta de esas interrupciones momentáneas del sueño. No obstante, esos episodios repetidos impiden llegar a las fases del sueño profundo y restaurador, incidiendo negativamente sobre la actividad diaria del paciente. Estas pausas respiratorias son uno de los signos más claros de SAOS, y pueden ser observadas por una pareja o un familiar mientras el paciente duerme. Estos momentos en los que la persona deja de respirar durante unos segundos suelen ir seguidos de un resoplido, jadeo o sensación de asfixia cuando se reanuda la respiración, lo que refleja un colapso temporal de las vías respiratorias que provoca una reducción de oxígeno en sangre.
Dentro de los síntomas de la apnea del sueño encontramos que las personas que la padecen suelen encontrarse somnolientas durante el día, en especial después de una comida o mientras conducen, leen o están inactivas. Esta somnolencia diurna puede llegar a ser muy peligrosa e interferir gravemente en la vida, pues hay mayor riesgo de accidentes de coche en estas circunstancias. Se produce porque los múltiples microdespertares nocturnos impiden que el paciente alcance las fases profundas del sueño, lo que provoca un descanso inadecuado.
La fatiga es una consecuencia directa del sueño fragmentado. Incluso después de dormir una cantidad de horas aparentemente suficiente, el paciente se siente agotado y con poca energía, lo que puede afectar tanto a su desempeño físico como mental.
También es frecuente que presenten deterioro intelectual, pérdida de memoria y alteraciones en la personalidad como irritabilidad. Estas manifestaciones neuropsiquiátricas y de conducta son las más frecuentes, y son consecuencia de los despertares transitorios recurrentes que sufre el paciente durante la noche.
Otro síntoma de la SAOS es que por la mañana es muy frecuente que el paciente refiera dolor de cabeza, junto con sensación de que el sueño no fue reparador. Se cree que se deben a la hipoxia nocturna (disminución de oxígeno en sangre) y a las alteraciones en los niveles de dióxido de carbono. Los dolores de cabeza suelen ser difusos y se localizan a menudo en la zona frontal.
Otro tipo de manifestaciones que presentan las personas con SAOS son las cardiovasculares, que se relacionan con los frecuentes episodios de falta de aire en lo que la sangre presenta bajos niveles de oxígeno. Las apneas obligan al corazón a bombear más intensamente la sangre cada vez que le falta oxígeno. Los trastornos en el ritmo cardiaco y el infarto de miocardio son más comunes en estos pacientes que en el resto de la población. En la mayoría de los pacientes, existe una frecuencia cardiaca baja y elevación de la presión sanguínea durante el episodio de apnea, seguido de un aumento del ritmo cardiaco al reanudarse la respiración. La mayoría de los pacientes tienen hipertensión arterial, que aumenta el riesgo de ataque cerebral e insuficiencia cardiaca.
Por otro lado, algunas personas con apnea del sueño experimentan la necesidad de orinar varias veces durante la noche. Esto puede deberse a un aumento en la producción de hormonas asociadas con el estrés respiratorio. La nicturia interfiere con la continuidad del sueño y contribuye a la fragmentación del mismo.
Otro síntomas de la apnea obstructiva del sueño que pueden presentar los afectados es la impotencia o disminución del impulso sexual. y es que la fatiga y los trastornos del sueño pueden contribuir a una disminución del deseo sexual y a la aparición de disfunción eréctil en hombres.
También es común sentir sequedad de boca, sed extrema al levantarse, así como molestias en la garganta al despertar.
Creado: 20 de julio de 2010