Apnea del sueño
Muchas personas padecen apnea del sueño sin saberlo, y es que los afectados no pueden comprobar el síntoma más común, el ronquido; pero hay otros signos que pueden hacer sospechar la presencia del trastorno.

Tratamiento de la apnea del sueño

Por: María Alba Jiménez

Licenciada en Medicina por la Universidad de Alcalá de Henares y pediatría en el Hospital General de Villalba

Por: Dr. Pablo Rivas

Especialista en medicina interna

Actualizado: 19 de septiembre de 2024

La apnea del sueño no suele resolverse por sí sola, pero sí que puede tratarse. Existen diferentes opciones terapéuticas, que deben ser seleccionadas según la gravedad del cuadro. De esta forma, en algunas ocasiones pueden indicarse simplemente medidas de autocuidado, como perder peso o dormir en determinadas posturas. Sin embargo, la mayoría de los pacientes con apnea del sueño moderada o grave, necesitarán el empleo de una mascarilla nasal de presión positiva continua en las vías respiratorias, lo que se conoce como CPAP (presión positiva continua nasal). En algunas ocasiones es necesaria la cirugía.

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Medidas higiénico-dietéticas

Cuando la apnea del sueño es leve pueden ser efectivas medidas de autocuidado como son:

  • Perder el exceso de peso. Es muy importante este punto en el tratamiento de la apnea del sueño. Pequeñas reducciones del peso van a aportar mejorías significativas en la apnea del sueño, ya que al adelgazar se produce un aumento del calibre de la vía respiratoria, dado que el exceso de grasa alrededor del cuello puede comprimir las vías respiratorias.
  • Dormir de lado o boca abajo. La postura del paciente a la hora de dormir es determinante en la aparición de las apneas. El decúbito supino (boca arriba) provoca que la lengua y el paladar blando descansen sobre la faringe y obstruyan las vías respiratorias. Para ayudar a que la persona no duerma en esta postura, se puede colocar una pelota de tenis en la espalda del paciente para que le resulte incómodo cada vez que adopte dicha posición. 
  • Evitar el alcohol y los fármacos con efecto sedante. Al consumir sustancias que provocan una relajación en los músculos de la faringe, se favorece la obstrucción de la vía aérea.
  • Mejorar la respiración nasal. Intentar respirar por la nariz y no por la boca.

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CPAP (presión positiva continua nasal)

Cuando la apnea obstructiva del sueño es grave, o si los anteriores procedimientos fallan, el tratamiento de elección es la CPAP (Continuous Positive Airway Pressure, en sus siglas en inglés).

La mascarilla nasal CPAP se encuentra conectada a un dispositivo que insufla aire hacia la misma con una presión suficiente para conservar abiertos los conductos aéreos superiores y evitar el colapso respiratorio y los ronquidos. Este tratamiento es muy eficaz, y es capaz de eliminar los ronquidos, mejorar la calidad del sueño, evitar la somnolencia diurna y disminuir la tensión arterial.

El único inconveniente de este tipo de tratamiento para el SAOS es que no hace desaparecer el problema de base: si se deja de emplear, aparecerán de nuevo los síntomas. Por otro lado, hay algunas personas que abandonan la CPAP por considerarla molesta y no acostumbrarse a ella.

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Hombre con apnea del sueño

Otros dispositivos para tratar el SAOS

Se pueden utilizar dispositivos intraorales, conocidos como dispositivos de avance mandibular (DAM), que aumentan el diámetro de la vía aérea superior al provocar un desplazamiento de la mandíbula o la lengua hacia delante, lo que ayuda a evitar el colapso de las vías respiratorias. Estos dispositivos, útiles en casos leves a moderados de apnea, también se emplean por la noche y pueden disminuir los ronquidos y la aparición de apneas obstructivas.  

¿Medicamentos para tratar la apnea del sueño?

En junio de 2024 se ha presentado un revelador estudio científico que señala a la tirzepatida, popular fármaco usado para tratar la diabetes tipo 2 y la obesidad, como la primera terapia farmacológica efectiva para el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño y que podría ser prometedora para "abordar tanto las complicaciones respiratorias, como las metabólicas”, según el autor principal del ensayo en fase III, el Dr. Atul Malhotra, de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego.

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Cirugía para tratar la apnea

En los casos que no responden al uso de CPAP, o en aquellos pacientes que no lo toleran, se puede recurrir a la cirugía para asegurar una vía respiratoria abierta.

Entre los diferentes tipos de cirugía, el más utilizado es la uvulopalatofaringoplastia (UPPP, en sus siglas en inglés). Esta intervención consiste en extirpar parte del tejido de la zona posterior de la cavidad oral, de la parte superior de la garganta, y frecuentemente las amígdalas y las adenoides. Esta cirugía puede disminuir los ronquidos, pero su eficacia solo llega al 50% de los casos.

Otro tipo de intervención es la uvuloplastia por láser (LAUP), que extirpa la parte posterior de la garganta mediante el empleo del láser. Este método ha resultado eficaz en la disminución de los ronquidos, pero ha tenido un éxito mínimo en la resolución de las apneas, por lo que actualmente no se suele recomendar.

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En algunos casos, se puede recurrir a un sistema de cirugía robótica mínimamente invasiva, que permite extirpar mayor cantidad de tejido y mejorar así la oxigenación nocturna.

Otras opciones más novedosas son la implantación de un estimulador del nervio frénico, que envía señales eléctricas leves a un nervio del tórax para provocar el movimiento del diafragma y la restauración de la respiración. 

La traqueotomía es la última opción en el tratamiento del síndrome de la apnea obstructiva del sueño (SAOS); se utiliza cuando han fracasado todos los procedimientos anteriores. Consiste en la abertura de la tráquea hacia el exterior a través de la piel. Es un método muy agresivo que raramente se usa.

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