Síntomas de la arteriosclerosis
Por: María Alba Jiménez
Licenciada en Medicina por la Universidad de Alcalá de Henares y pediatría en el Hospital General de Villalba
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Cuando las arterias principales se estrechan disminuye el riego sanguíneo en las zonas dependientes de esos vasos. En el caso concreto de las arterias de las piernas, ésta suele manifestarse de una forma muy característica como un dolor en las piernas cuando se camina continuadamente unos 100 o 200 metros, lo que puede identificarse como la aparición de los primeros síntomas de arteriosclerosis. Esto se debe a que al iniciar la actividad física los vasos más pequeños asumen el aporte de sangre, pero rápidamente se establece la necesidad de un aporte de sangre mayor, lo que depende de vasos más importantes que, en este caso, se encuentran afectados por la arteriosclerosis, por lo que dicha necesidad no se satisface y se origina el dolor. Cuando se detiene la actividad el dolor desaparece a los pocos segundos, para volver a instaurarse si se continúa caminando otros tantos metros. A este conjunto de síntomas, dolor, reposo, y de nuevo dolor, se le conoce como claudicación intermitente, y es una forma muy típica de manifestación de la arteriosclerosis.
Otra forma de manifestación de la arteriosclerosis ocurre cuando algunos de los vasos sanguíneos quedan totalmente ocluidos. Si esta obstrucción se produce de forma paulatina se pueden formar nuevos circuitos vasculares que rieguen esa zona, aunque de manera más precaria. La circulación arterial deficiente reduce la sensibilidad al calor o al frío e, incluso, a la presión, por lo que los pies se vuelven más vulnerables a los traumatismos menores e infecciones. Si la oclusión es brusca, porque una placa de ateroma interrumpe la circulación sanguínea repentinamente (trombosis de la placa de ateroma), puede aparecer un dolor agudo en la pierna, que se pone pálida y fría por debajo del nivel del bloqueo.
En casos más graves, generalmente en diabéticos mal controlados, puede haber gangrena, que es la muerte de los tejidos que se produce más frecuentemente en las puntas de los dedos del pie o en la zona más inferior de la pierna.
A diferencia de los problemas circulatorios que acontecen en los miembros inferiores, la forma de manifestación de peor pronóstico de la arteriosclerosis es aquella que debuta de manera silente, hasta que da la cara en forma de infarto cardiaco o accidente cerebrovascular. Estas son las complicaciones más graves de este trastorno y las que mayor número de muertes producen.
Complicación de la arteriosclerosis
El resultado final de la arteriosclerosis es la disminución del aporte sanguíneo a la zona de la que se encarga una arteria. Esto se puede producir de manera brusca o aguda, o en la evolución de la placa de ateroma y su crecimiento provocar una disminución progresiva.
Las complicaciones de la arteriosclerosis más importantes se van a desarrollar en las siguientes zonas:
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Corazón
En forma de angina de pecho, cuando la arteriosclerosis vaya estrechando progresivamente las arterias coronarias, y en la medida que el esfuerzo demanda más aporte sanguíneo y no se puede proporcionar, el miocardio sufre y provoca dolor. Si la obstruccción es brusca, se producirá un infarto de miocardio.
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Cerebro
La obstrucción aguda se manifestará como ictus, con cese del aporte sanguíneo brusco a un territorio cerebral, mientras que el estrechamiento paulatino puede generar déficit menos sensibles, cierto grado de deterioro del estado cognitivo (demencia vascular), y signos evidentes de menor riego en un TAC.
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Arterias de las piernas
Puede establecerse poco a poco en forma de claudicación intermitente, al caminar, o un cese brusco con isquemia arterial aguda y posibilidad de amputación si no se actúa con rapidez.
Creado: 13 de abril de 2011