Asma
El frío, el ejercicio, o ciertos alérgenos pueden provocar la falta de aire, tos y opresión en el pecho características del asma, una enfermedad crónica que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Aprende cómo controlarla.

Qué es el asma

Por: Gema Esteban Gutiérrez

Médico de familia

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 4 de mayo de 2023

El asma es una enfermedad respiratoria crónica, que se caracteriza por un aumento de reactividad de las vías aéreas de menor calibre llamadas bronquios. Esto significa que ante diferentes estímulos como el frío, el ejercicio, o ciertas sustancias que producen alergia (denominadas alérgenos), los bronquios se inflaman y disminuyen su diámetro, cerrándose de forma reversible –es lo que se conoce como brote o ataque de asma–. Esta es la principal diferencia del asma con la bronquitis crónica, en la que los bronquios disminuyen de calibre de manera irreversible. El asma es una enfermedad muy frecuente en niños.

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Desde la OMS aclaran que "las vías que conducen el aire a los pulmones se estrechan debido a la inflamación y la compresión de los músculos que rodean las vías respiratorias finas. Ello causa los síntomas del asma: tos, sibilancias, disnea y opresión torácica. Estos síntomas son intermitentes, y suelen agravarse durante la noche o al hacer ejercicio".

Existen numerosos factores desencadenantes frecuentes que pueden agravar los síntomas del asma, y que varían de una persona a otra, pero entre ellos, como apuntan desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) figuran las infecciones víricas (resfriados, gripe o el virus respiratorio sincitial (VRS)), los ácaros del polvo, el humo del tabaco, los gases y partículas finas de la contaminación exterior, los cambios meteorológicos, los pólenes de gramíneas y árboles, el pelaje y las plumas de animales, el moho en zonas húmedas de la casa, los desinfectantes, jabones fuertes y los perfumes. El ejercicio físico, algunos medicamentos, el mal tiempo (como las tormentas eléctricas o mucha humedad), inhalar aire frío y seco, y algunos alimentos, aditivos alimentarios y fragancias también pueden desencadenar un ataque de asma. Incñuso algunas emociones fuertes. 

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A quién afecta el asma

Se estima que el asma afecta a alrededor del 5% de la población mundial, cerca de 262 millones de personas. En el caso de los niños el asma es todavía más frecuente, con una prevalencia mayor del 10%. El asma es responsable de unas 461.000 muertes anuales, sobre todo en regiones de peor nivel sanitario. Sus complicaciones por una mal control conllevan un gasto sanitario alto, entre 300 y más de 1.000 dolares por paciente y año en Occidente.

Niña con problemas de asma

Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente que se inicie en la infancia, etapa en la que suele estar relacionada con un componente alérgico. Otros factores que influyen en el desarrollo del asma infantil son los antecedentes de asma y tabaquismo en los padres, especialmente en la madre.

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Los síntomas más comunes del asma son la sensación de falta de aire o disnea, la tos, la sensación de opresión en el pecho y la “autoescucha” de silbidos en el pecho llamados sibilancias. Cuando los síntomas empeoran se produce una crisis de asma, que puede durar varios días en función de la severidad del cuadro. Entre las reagudizaciones o crisis suele haber períodos asintomáticos, en los que los pacientes se encuentran bien o con síntomas leves.

En los adultos es más frecuente la asociación con sinusitis (inflamación de la mucosa que tapiza las cavidades que hay en los huesos alrededor de la nariz, llamadas senos), pólipos nasales, y sensibilidad a la aspirina o anti-inflamatorios relacionados con la aspirina. También es habitual la relación con ciertas exposiciones ocupacionales (en el lugar de trabajo) como el polvo de madera, resinas plásticas o polvos orgánicos.

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No existe un tratamiento definitivo que cure el asma, aunque sí puede controlarse para poder vivir una vida sana y normal con fármacos y hábitos, y siguiendo las recomendaciones del especialista.

Asma y coronavirus

Si los pacientes asmáticos,–sean niños o adultos– contraen una infección respiratoria, como la que provoca el coronavirus SARS-CoV-2, sus síntomas pueden agravarse, por lo que durante la pandemia que ha causado este virus es conveniente que mantengan controlada su enfermedad y consulten al especialista ante la menor sospecha de haber contraído el COVID-19. Además, deben seguir las recomendaciones que ha elaborado para ello el grupo de Trabajo de Inmunología Clínica de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

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Los expertos de la SEICAP también han explicado que los niños con asma no deben interrumpir su tratamiento con corticoides inhalados, porque aunque existen algunas dudas sobre su seguridad en casos de COVID-19, la evidencia no es clara todavía y el riesgo de abandonar la terapia podría ser mayor, como un empeoramiento de los síntomas que incluso requiriese su ingreso hospitalario.

Desde esta sociedad indican que los fenotipos de asma de los niños son diferentea a los de los adultos, y que administrarles tratamientos con corticoesteroides inhalados no aumenta el riesgo de que contraigan infecciones pulmonares o sistémicas, y por lo tanto es improbable que su uso regular incremente sus probabilidades de contraer la infección por SARS-CoV-2, o su gravedad.

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