Aumentan las deformidades del cráneo en lactantes
04/03/2010
La plagiocefalia posicional, cuya incidencia ha aumentado en la última década, es una alteración morfológica del cráneo que se caracteriza por el aplanamiento de la región occipital (parte posterior del cráneo, cerca de la nuca). En la mayoría de los casos se produce como consecuencia de la propensión a apoyar la cabeza de los bebés siempre sobre el mismo lado.
Alicia López, médico especialista en Rehabilitación, advierte que la incidencia de esta afección se ha incrementado significativamente en la última década, y ha señalado que hasta el 12% de los lactantes presenta deformidades en el cráneo a consecuencia de permanecer en posiciones de descanso inapropiadas.
Esta alteración morfológica provoca malestar y preocupación a los progenitores porque puede perjudicar al bebé desde el punto de vista estético. Aunque los pediatras coinciden en recomendar que los niños duerman en decúbito supino, una posición que puede protegerles del síndrome de muerte súbita del lactante, es preciso que los padres se ocupen de alternar la posición de la cabeza, que debe apoyarse cada vez de un lado.
Diagnóstico y tratamiento
Cuando el niño presenta la cabeza redondeada cuando nace, y con el paso de las semanas o los meses se aprecia una deformidad con aplanamiento occipital, no es necesario recurrir a estudios radiológicos, porque el médico puede diagnosticar la deformidad al reconocer al paciente.
La Dra. López apunta que el tratamiento debe ser paulatino y comenzar con medidas posturales, apoyando la cabeza del bebé sobre las zonas que no se encuentran aplanadas y, posteriormente, empleando fisioterapia que consiste en ejercitar los músculos del cuello del niño. La especialista señala que si con esto no se obtienen los resultados adecuados, puede ser necesario recurrir a una ortesis de remodelado craneal.
Sin embargo, la especialista afirma que si el problema se detecta precozmente y se establece un tratamiento apropiado, las deformidades se pueden corregir. Por ejemplo, en el caso de los bebés a los que se trata cuando su edad oscila entre los cinco y los siete meses, se consigue corregir la deformidad en tan solo dos o tres meses; por eso es tan importante que los padres permanezcan atentos para identificar el trastorno cuanto antes.
Actualizado: 1 de agosto de 2017