Causas de las regurgitaciones del bebé
Actualizado: 29 de julio de 2022
Antes de nada, tranquilizar a los padres: la regurgitación del recién nacido es extraordinariamente frecuente, ya que ocurre en más del 50% de los bebés, tanto si su alimentación es por lactancia materna o por biberón (aunque es más común con éste último). Aunque a veces puede mantenerse hasta el primer año, lo normal es que los síntomas se minimicen a partir de los seis meses de vida.
Las regurgitaciones del recién nacido son debidas a la suma de varios factores:
- Inmadurez del esófago: al final del esófago hay una pequeña válvula que regula el paso del contenido de éste hacia el estómago. En los recién nacidos esta válvula es todavía muy inmadura, lo que facilita que el contenido del estómago vuelva al esófago, y de ahí a la boca (muchas madres lo llaman bocanadas). Conforme el bebé va creciendo, las distintas capas musculares que conforman esta válvula maduran, por lo que las regurgitaciones son cada vez menos frecuentes y de menor cantidad.
- Postura del bebé: hasta los 6-8 meses de vida, que es cuando empieza a mantenerse sentado y erguido, el bebé pasa la mayoría del tiempo acostado. Esa posición horizontal unida a la inmadurez del sistema digestivo favorece todavía más la regurgitación.
- Tipo de alimentación: la alimentación del bebé es exclusivamente láctea los primeros meses (recordemos que la OMS recomienda lactancia materna exclusiva los primeros seis meses de vida). Hasta que no empiezan a introducirse en su alimentación otras texturas más espesas, es más fácil que el contenido gástrico líquido pase al estómago.
Aunque las regurgitaciones son frecuentes en todos los bebés, hay una menor incidencia en los alimentados con lactancia materna, ya que ésta se digiere rápidamente y con mayor facilidad. Las fórmulas artificiales no son tan fáciles de asimilar. De nuevo se demuestra que la lactancia materna sólo aporta ventajas y es siempre el alimento más beneficioso para los bebés.
Creado: 30 de julio de 2013