Estreñimiento infantil
El estreñimiento infantil es una afección habitual en bebés y niños, que en la mayoría de los casos se puede solucionar con una dieta equilibrada y enseñando al pequeño unos hábitos higiénicos apropiados.

Causas del estreñimiento infantil en bebés y niños

Por: Dra. María Teresa Romero Rubio

Pediatra en el Hospital de Manises (Valencia)

Actualizado: 15 de octubre de 2024

Causas del estreñimiento en los niños

Las causas orgánicas del estreñimiento infantil, como puede ser la alteración anatómica de colon y recto, son algo infrecuentes (estenosis anal, megacolon, oclusión intestinal…). Así pues, en la mayoría de las ocasiones el estreñimiento se asocia a hábitos alimenticios inadecuados, como una dieta pobre en agua y fibra, aunque también puede deberse a otras causas.

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El último tramo del aparato digestivo está formado por el colon, donde los restos alimentarios procedentes del estómago e intestino delgado van perdiendo su contenido en agua para transformarse en el residuo final, las heces. La parte final del colon es el recto y éste se comunica con el exterior a través del ano. Cuando la dieta es rica en agua y fibra, las heces son más blandas y su tránsito a través del colon y recto es más fácil y poco doloroso. En cambio, una dieta pobre en líquidos y en fibra (obtenida fundamentalmente a partir de frutas y verduras) tendrá como consecuencia unas heces duras y compactas que serán difíciles de eliminar. Por ello la masa fecal queda retenida en el recto más tiempo, perdiendo cada vez más agua y endureciéndose cada vez más.

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Si las heces son muy duras, su evacuación puede producir incluso pequeñas erosiones en la mucosa anal llamadas fisuras, que son muy dolorosas. En los niños esto puede provocar que aparezca un miedo a la defecación, que puede contribuir a perpetuar el problema del estreñimiento, creando un círculo vicioso que hay que saber identificar lo antes posible.

Estreñimiento infantil, causas y soluciones

¿Qué situaciones favorecen el estreñimiento infantil?

Las situaciones o factores que pueden dar lugar a estreñimiento infantil funcional son: 

  • Alimentación pobre en agua y líquidos, con exceso de zumos y bebidas azucaradas o energéticas con bajo contenido en agua. La hidratación insuficiente puede endurecer las heces, lo que dificulta su expulsión. Los niños que no beben suficiente agua o líquidos saludables tienen más probabilidades de estreñirse, ya que el cuerpo extrae más agua de las heces en el intestino, haciéndolas secas y duras.
  • Falta de fibra: ingesta deficiente de frutas y verduras. Los alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, cereales integrales) son esenciales para un tránsito intestinal adecuado. Si la dieta es rica en alimentos procesados, carnes, productos lácteos o dulces y pobre en fibra, el niño puede tener dificultades para evacuar.
  • Abuso de alimentos astringentes: plátano, patata, arroz, manzana, chocolate y azúcares refinados, como golosinas y chucherías.
  • Falta de horarios ordenados para las comidas: muchos niños comen poco en las comidas principales del día, y se dedican a comer entre horas, lo que da lugar a un tránsito digestivo inadecuado.
  • Aprendizaje de los hábitos de higiene: el estreñimiento puede comenzar durante la etapa de entrenamiento para ir al baño. Y es que, algunos padres son muy severos a la hora de hacer aprender al niño cuándo tiene que avisar para hacer caca, lo cual puede dar lugar a oposición o rechazo en el pequeño al hecho de ir al baño como mecanismo de control o por miedo.
  • Factores psicosociales: cambios en las rutinas y en la vida del niño, como viajar, comenzar la escuela o la guardería, mudarse o tener eventos estresantes o traumáticos en la familia (fallecimiento, separación, cambio de ciudad…), pueden afectar los hábitos intestinales. La interrupción de las rutinas diarias también puede hacer que el niño ignore las señales para evacuar.
  • Inactividad física: la actividad física ayuda a estimular el movimiento intestinal. Los niños que son menos activos físicamente tienen más probabilidades de sufrir estreñimiento, ya que la falta de ejercicio puede ralentizar el tránsito intestinal.
  • Retención voluntaria: muchos pequeños retienen las heces por diversas razones, como el miedo a usar el baño, la incomodidad de ir al baño en lugares públicos o el dolor que pueden haber sentido previamente al evacuar heces duras. Este ciclo de retención voluntaria empeora el estreñimiento, ya que las heces se acumulan y se endurecen.
  • Factores emocionales y psicológicos: el estrés, la ansiedad o las preocupaciones emocionales pueden afectar los hábitos intestinales de un niño. Los problemas en la escuela, en casa o con amigos pueden llevar a cambios en los patrones de evacuación, incluyendo el estreñimiento.
  • Situaciones limitadas en el tiempo: la transición de la leche materna o fórmula a la leche de vaca, o enfermedades febriles o con vómitos, pueden contribuir al estreñimiento.
  • Medicamentos: algunos fármacos, como ciertos analgésicos, antidepresivos, antiácidos, anticonvulsivos o suplementos de hierro pueden tener el efecto secundario de causar estreñimiento.

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Condiciones médicas subyacentes causantes de estreñimiento 

Aunque son mucho menos comunes, en algunos casos (entre un 3% y un 5%), el estreñimiento en los niños puede estar relacionado con condiciones médicas, tales como:

  • Hipotiroidismo: una función tiroidea lenta puede ralentizar el metabolismo, afectando también el intestino.
  • Enfermedad de Hirschsprung: una afección congénita que causa la falta de nervios en parte del intestino, lo que puede llevar a obstrucción y estreñimiento crónico.
  • Alergias o intolerancias alimentarias: algunas intolerancias alimentarias, como la intolerancia a la lactosa o el consumo de ciertos alimentos a los que el niño sea sensible, pueden causar estreñimiento.
Bebé tomando el biberón

Causas del estreñimiento en los bebés

La prevalencia del estreñimiento en bebés lactantes se sitúa entre el 0,3 y el 8% según los estudios. Las causas del estreñimiento en los bebés son diferentes a las del niño mayor de dos años, ya que en este caso la alimentación es predominantemente láctea. Los bebés alimentados con leche materna suelen deponer varias veces al día, aunque como la leche materna se asimila muy fácilmente y apenas genera residuo, puede ser también normal en ellos que estén varios días sin deponer. En estos casos, cuando vuelven a hacer caca tras varios días, ésta no es dura, sino que tiene las mismas características que las deposiciones habituales. Esta es otra ventaja más de las innumerables que posee la leche materna, ya que rara vez un lactante que se alimente sólo de leche materna estará estreñido.

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En un bebé alimentado con leche artificial el estreñimiento es más frecuente, ya que esta leche genera más residuos; consideraremos que el bebé está estreñido si depone menos de una vez cada dos o tres días.

La progresiva introducción de la alimentación complementaria en los lactantes también da lugar a un cambio en las características de las deposiciones, pudiendo aparecer un estreñimiento temporal. La lactasa presente en la leche materna facilita en gran medida la expulsión de las heces, y la disminución de su aporte cuando se introducen otros alimentos en la dieta del bebé da lugar a heces más compactas y voluminosas que son más difíciles de expulsar.

Creado: 3 de septiembre de 2013

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