Causas y diagnóstico de la poliuria en la infancia
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
La poliuria en los niños puede tener diversas causas, pero es importante saber que esta alteración de la diuresis es uno de los signos cardinales de la diabetes mellitus tipo 1. En este caso, el exceso de azúcar en la sangre hace que se filtre por los riñones, llegando a la orina. La glucosa tiene una gran capacidad osmótica (de arrastre), llevándose consigo gran parte de la cantidad del agua filtrada en el sistema excretor, por lo que se orina mucho más de lo habitual.
Si la poliuria se mantiene en el tiempo, el mecanismo compensador del organismo para tratar de contrarrestar esa eliminación de agua es poner en marcha el mecanismo de la sed: a más poliuria, más sed, dando lugar a polidipsia (el niño está bebiendo constantemente agua para compensar toda el agua que pierde por la orina). Por todo ello, cuando la poliuria y la polidipsia se acompañan de pérdida de peso, el primer diagnóstico de sospecha debe ser la diabetes mellitus tipo 1.
Una causa menos frecuente de poliuria es la llamada diabetes insípida, en la que hay una alteración hormonal que da lugar a un déficit de la hormona antidiurética, lo que hace que el organismo sea incapaz de retener y filtrar adecuadamente la orina en las nefronas de los riñones, perdiendo gran cantidad de agua. A diferencia de la diabetes mellitus, no hay azúcar en la orina (ausencia de glucosuria).
Por último, además de la diabetes y otros trastornos endocrinológicos, la causa de que el niño orine más de lo habitual puede estar dentro del propio riñón y sistema excretor que, al no funcionar bien, dan lugar a una falta de concentración de la orina. Estos casos son menos frecuentes: insuficiencia renal, tubulopatías, malformaciones nefrourológicas…
Cómo se diagnostica la poliuria
Para diagnosticar la poliuria infantil en primer lugar es necesario realizar una buena historia y una exploración clínica detalladas del niño. Es fundamental incidir en el tiempo de evolución de los síntomas, si asocia o no polidipsia, si hay pérdida de peso, desnutrición, nicturia, enuresis, etcétera.
En la primera visita con el pediatra, si hay una sospecha de poliuria, una de las primeras medidas a realizar es la determinación de una glucemia digital –que consiste en medir el azúcar– y es una técnica sencilla, rápida y no dolorosa que permite de forma sencilla descartar la diabetes mellitus como causa de la poliuria (aunque lo ideal es medirlo en ayunas).
Además, recoger una muestra de orina del niño para realizar una tira reactiva es muy sencillo y permite también descartar la presencia de glucosa en la orina (que sugeriría diabetes), o incluso signos de infección, como la cistitis.
Además de lo anterior, para poder definir de forma exacta la presencia de poliuria será necesario recoger el volumen total de orina en 24 horas para analizarlo en el laboratorio junto a una muestra de sangre. De esta forma se podrán analizar valores más específicos como la urea, creatinina, minerales como el sodio y el potasio, y otros elementos presentes en la orina.
La ecografía abdominal es una técnica no dolorosa y no invasiva que permite valorar las estructuras anatómicas de riñones y vías excretoras, como los uréteres. Por último, para descartar alteraciones hormonales (como el déficit de hormona antidiurética) es necesario hacer test funcionales en los que el niño debe permanecer ingresado en el hospital.
Creado: 29 de septiembre de 2020