Coronavirus en niños: qué deben saber los padres
Actualizado: 4 de mayo de 2023
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el coronavirus SARS-CoV-2 como una crisis de salud pública a nivel internacional los organismos sanitarios de referencia insisten en que la responsabilidad ciudadana es una de las mejores medidas para frenar la pandemia. Para ello es fundamental conocer los retos que plantea esta situación, entre ellos saber cómo afecta el coronavirus a la población infantil, qué se puede hacer para minimizar su impacto en los niños, y qué deben tener en cuenta los padres para que su actuación contribuya tanto a proteger a sus hijos, como a la protección comunitaria.
Partimos de una idea: el coronavirus no es un total desconocido. Se sabe que hay más de 30 tipos de virus que pertenecen a esta familia de agentes infecciosos. Lo que sí es nuevo es la aparición de un tipo más: el SARS-COV-2. Los síntomas habituales que produce son similares a los de una gripe aunque con matices: tos seca y fiebre (superior a 37.8 grados) y, en algunas ocasiones, dificultades para respirar.
- ¿Cómo afecta el COVID-19 a los niños?
- ¿Pueden actuar los niños como portadores sanos del SARS-CoV-2?
- ¿Cómo prevenir la infección por coronavirus SARS-CoV-2 en bebés y niños?
- ¿Qué deben tener en cuenta los padres para proteger a sus hijos contra el coronavirus?
- ¿Cómo afecta la cuarentena por coronavirus a la custodia compartida de los hijos, o al régimen de visitas legalmente establecido?
¿Cómo afecta el COVID-19 a los niños?
Aunque es muy difícil saber cómo afectará COVID-19 (enfermedad por coronavirus) a cada persona, porque depende de características individuales como su estado de salud previo, hasta el momento un 80% de los procesos cursan con síntomas leves. En el caso concreto de los niños y niñas, según recoge la Asociación Española de Pediatría (AEP) en un documento elaborado para resolver las dudas más habituales en torno al coronavirus, por ahora “solo el 2% de los casos totales ocurren en niños y en la mayoría de los casos la enfermedad cura sin complicaciones”.
Sobre por qué en este grupo de población se habla de síntomas leves César Nombela Cano, catedrático de Microbiología que ha realizado diversas investigaciones sobre microorganismos patógenos, responde que aún no están claras las causas, algo que es normal, ya que “tratándose de un virus que ha dado el salto a la especie humana hace apenas tres meses, es mucho lo que queda por conocer en relación con la patogénesis”.
Aunque los niños se pueden infectar, presentan una sintomatología leve (fiebre, mocos y tos), y en ningún caso el cuadro de neumonía aguda que puede ocurrir en los adultos
Según explica Nombela, el grado de afectación de cada cual depende mucho de circunstancias individuales, no solamente la edad, también cuentan otros factores como la situación del sistema inmunitario o la carga infecciosa vírica recibida. Insiste en que “los menores de 20 años se han infectado con muy escasa gravedad, especialmente los menores de un año”.
Por su parte, Pepe Serrano, pediatra y coordinador del Grupo de Trabajo de Vacunas de la Sociedad Catalana de Pediatría, reconoce que en su entorno aún no se han encontrado con ningún caso. Considera el pediatra que hay pocos casos diagnosticados en niños –tanto en nuestro país como en las series más amplias que se han publicado de las zonas afectadas de China– por dos factores. En primer lugar, cree que puede deberse a que la incidencia en los niños es realmente menor. En segundo lugar apunta que también podría ser porque su afectación sea menor, lo que haría que, al dar menos clínica o estar asintomáticos, los casos que se diagnostican sean menos.
Lo que está claro para Serrano es que la afectación clínica de los niños es mucho menor y más leve, y que la transmisibilidad en niños es la misma que en adultos; proviniendo la mayor parte de los casos del entorno familiar donde ha habido un miembro afectado.
Víctor Jiménez Cid, profesor del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Universidad Complutense de Madrid, habla de la experiencia china por ser nuestra referencia epidemiológica ahora, que indica que solo el 2,4% de los casos diagnosticados son niños, lo que implica que aunque se pueden infectar, presentan una sintomatología leve (fiebre, mocos y tos), y en ningún caso el cuadro de neumonía aguda que puede ocurrir en los adultos y que es más probable cuanto más avanzada la edad.
¿Pueden actuar los niños como portadores sanos del SARS-CoV-2?
Al igual que Pepe Serrano y César Nombela, considera que la causa de esta incidencia y afectación no está clara, pero opina que tiene que ver probablemente con “la competencia de la inmunidad innata, que es mejor en los niños”. En cuanto al papel que puedan desempeñar en la cadena epidemiológica señala que no está claro, “pero aunque podrían actuar como portadores sanos, cabe esperar que liberen menos virus que los adultos que desarrollan un cuadro más grave”.
Desde la AEP recomiendan que a los niños enfermos no les cuiden los abuelos, que son los más susceptibles de contraer la infección por coronavirus
Teniendo en cuenta lo anterior, y dado que los niños y niñas no está demostrado que sean ni grandes transmisores, ni que presenten cuadros graves, ¿son realmente efectivas las medidas que se han tomado en España para la contención? “Eso no lo sabemos”, responde Víctor Jiménez Cid. El experto considera que debemos estar atentos sin perder de vista las experiencias de otros países. “En China fueron mucho más drásticos y ha funcionado. En España estamos haciendo lo mismo que Italia, más o menos, y quince días después del cierre de los colegios en el Norte de Italia siguen aumentando los casos en ese país. Obviamente, debería ser una medida efectiva y así lo aconsejan los epidemiólogos. Hay que tener en cuenta que no son solo los niños, sino los padres que se desplazan al cole en transporte público, los docentes, etcétera”, explica.
¿Cómo prevenir la infección por coronavirus SARS-CoV-2 en bebés y niños?
Como ocurre con otros virus, en el caso del SARS-CoV-2 el contagio se produce cuando la persona sana entra en contacto directo o indirecto (a través de objetos) con las secreciones de las personas infectadas por el virus. La mascarilla es uno de los métodos de prevención efectivos, especialmente en espacios cerrados y cuando sea complicado mantener la distancia de seguridad con otras personas, y los expertos insisten en el correcto lavado de manos, en la utilización de pañuelos desechables y en toser cubriéndose con el codo.
En los bebés y niños las medidas preventivas son similares, pero señala Pepe Serrano que en este caso se deben tener en cuenta una serie de connotaciones especiales de ese grupo de edad: “los niños, especialmente los más pequeños, babean, no controlan las secreciones, no son capaces de adoptar las medidas de higiene en caso de requerirla, no paran quietos, y tienen una especial tendencia a compartir juguetes y demás objetos. Todo ello hace que la figura del cuidador sea imprescindible para el mantenimiento del mínimo de condiciones higiénicas básicas”.
"Si el niño o la niña tiene fiebre o ha estado en contacto con una persona afectada, se debe llamar a los números indicados por las autoridades sanitarias para valorar si hay que hacer un test para detectar el virus”
Según Cristina Calvo Rey, Jefe del Servicio de Pediatría Hospitalaria, Enfermedades Infecciosas y Tropicales del Hospital Universitario La Paz, y portavoz en materia de coronavirus de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el mensaje hacia la población pediátrica es de tranquilidad debido a la levedad. “Fuera de Madrid y el País Vasco, donde hay más casos en general, hay muy poquitos niños afectados. Si encontramos que el niño o la niña tiene fiebre o ha estado en contacto con una persona afectada, se debe llamar a los números que ponen a disposición las autoridades sanitarias en cada comunidad para valorar si hay que hacer un test para detectar el virus”, sostiene. También recomiendan desde la AEP que a los niños enfermos no les cuiden los abuelos, que son los más susceptibles.
Actualmente, hay varios fármacos aprobados para tratar el COVID-19 como el remdesivir, el baricitinib, o el bamlanivimab, y se han obtenido resultados prometedores en ensayos clínicos con ciertos medicamentos que hasta ahora se empleaban para combatir otras enfermedades, como la plitidepsina. Además, ya hay varias vacunas aprobadas y que se han empezado a administrar, como las de Pfizer, Moderna o AstraZeneca, aunque de momento no se vacunará a los menores de 16 años por no ser considerados un grupo de riesgo. En casos leves se administra una terapia de soporte para aliviar los síntomas (antitérmicos y antiinflamatorios) y se recomienda la ingesta de líquidos para una correcta hidratación.
Una preocupación para muchas familias puede ser qué ocurre cuando sus hijos o hijas están en tratamiento inmunosupresor. Desde la AEP recomiendan que estos niños sigan las mismas recomendaciones de prevención que se pautan para el resto de la población. Si no han enfermado, pueden seguir recibiendo su tratamiento de base con normalidad, pero si llegan a contagiarse con el virus, este tratamiento sí podría suponer un factor de riesgo para la aparición de complicaciones, por lo que requerirán una estrecha vigilancia.
¿Qué deben tener en cuenta los padres para proteger a sus hijos contra el coronavirus?
Teniendo en cuenta que se trata de un virus nuevo es inevitable la incertidumbre porque quedan muchas incógnitas por descubrir. Ante esta situación son muchas las familias que pueden sentir inquietud y cierto desasosiego. Ocurre en parte por ese desconocimiento, pero también por las medidas excepcionales que se han tomado en algunos países como España o Italia. ¿Qué deberían tener en cuenta las familias que puedan estar preocupados por sus hijos e hijas? Respondemos a esta cuestión de la mano de los expertos:
-
Tranquilidad para los padres
“Basado en todo lo que sabemos hasta la actualidad el mensaje debería ser tranquilizador para los padres. La enfermedad producida por este coronavirus afecta a los niños en menor grado y en menor intensidad que a los adultos. Además, los casos detectados no han mostrado patologías graves y los positivos entre la población pediátrica son un porcentaje bajo. Todo ello no exime de que se esté alerta para mantener las medidas de prevención e higiene para evitar su contagio y diseminación”, explica el pediatra Pepe Serrano.
-
Seguir las recomendaciones de Sanidad
Las familias deben adoptar todas las medidas indicadas por las autoridades, según apunta Víctor Jiménez Cid, doctor en Microbiología: “es esencial llamar al número designado en cada comunidad autónoma ante la sospecha de un caso y aislarse en el domicilio si se presentan síntomas, salvo que se requiera asistencia médica, intentar no exponer a la población más vulnerable, que son nuestros mayores, y no nos cansamos de aconsejar la higiene de manos y no tocarse la cara. Las mascarillas se aconsejan en los enfermos para evitar la diseminación de secreciones respiratorias, y en el personal sanitario, no en la población general. Las medidas son de sentido común, pero sin caer en la hipocondría”.
-
Evitar el contacto físico
La propuesta de César Nombela, catedrático de Microbiología, también pasa por ser muy rigurosos en el seguimiento de las recomendaciones que se vienen formulando desde todas las instancias sanitarias. “Todas las recomendaciones inciden en minimizar las posibilidades de contagio de cada cual, para cortar lo más posible la cadena de transmisión del virus. Evitar el contacto, incluso la proximidad, con personas –desconocidas o conocidas– que puedan padecer la infección. Tenemos que evitar los abrazos, los besos, incluso el estrechar las manos, lo que no importa, porque nuestra lengua tiene muchos recursos para expresar el afecto y la amistad. Tampoco debemos entrar en contacto con las superficies de objetos en las que el virus se haya podido depositar, y en las que puede sobrevivir varios días. El lavado de manos, frecuente y con jabón, o el uso de hidrogeles con productos antisépticos, es fundamental”.
-
Hábitos saludables
Cuidar la nutrición y otros hábitos de vida es fundamental ahora, y siempre. Nombela considera importante que niños y adultos tengan el mejor estado de salud posible. Esto pasa por una nutrición adecuada y unos hábitos de vida óptimos, ya que, según el experto, “son la mejor garantía para el funcionamiento de nuestro sistema inmunitario”. Advierte que al convivir aún más con los niños es lógico que aumenten las posibilidades de transmisión, por lo que se deben extremar las precauciones. “Es responsabilidad de padres, abuelos y otros familiares, en esta época de combate frente al virus que vamos a vivir”, concluye.
¿Cómo afecta la cuarentena por coronavirus a la custodia compartida de los hijos, o al régimen de visitas legalmente establecido?
La cuarentena establecida por el gobierno de España intenta cortar la cadena de transmisión del coronavirus, obligando a toda la población a permanecer en sus casas y no salir salvo por fuerza mayor. Aunque los supuestos de fuerza mayor se han descrito en un artículo, han suscitado numerosas dudas en determinados casos, y uno es si los padres separados o divorciados deben mantener los acuerdos legales adoptados sobre la custodia compartida de los hijos, o el régimen de visitas de los menores.
En concreto, el artículo 7 del Real Decreto 463/2020 indica que: “durante la vigencia del Estado de Alarma las personas únicamente podrán circular por las vías de uso público, para la realización de las siguientes actividades: la asistencia y cuidado de mayores, menores, personas dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables”.
Pero, ¿implica el cuidado de niños y niñas trasladarlos de una casa a otra? Los expertos coinciden en que debe imperar el sentido común y el interés de los menores –y de las personas vulnerables de su entorno familiar–, pero muchos progenitores temen que se les pueda acusar de incumplir las medidas legales adoptadas respecto a la custodia de sus hijos, o que no hacerlo puede suponer un perjuicio emocional para ellos.
Desde la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) afirman que "ni la vigencia y desarrollo de los sistemas de custodias compartidas, ni el régimen de visitas se ven afectados por las limitaciones de circulación en vigor, debiendo estar, en principio, a lo decretado y establecido en todas las resoluciones judiciales, en Sentencias o Autos de medidas provisionales para el cumplimiento del reparto de los tiempos con los/as menores".
Creado: 17 de marzo de 2020