Criptorquidia: testículos no descendidos

Actualizado: 12 de marzo de 2025
El significado de criptorquidia es literalmente “testículo oculto” y se define como la ausencia de al menos uno de los testículos en el escroto. Aunque no es doloroso para el bebé, sí que puede dar lugar a problemas importantes a largo plazo, como infertilidad y mayor riesgo de tumor testicular. Se trata de la malformación congénita más frecuente de los genitales masculinos, afectando a una media del 5% de los recién nacidos.
Para comprender por qué se produce este hecho, debemos de saber cómo se forma el aparato genital masculino durante la etapa intrauterina. Inicialmente, los genitales son indiferenciados (iguales para niños y niñas), pero a partir de la sexta semana de gestación comienzan a formarse los testículos masculinos. Éstos se desarrollan en primer lugar en el abdomen del bebé, y permanecen allí hasta al menos la semana 15. A partir de este momento, empiezan a descender lentamente por la cavidad abdominal hacia el canal inguinal, y permanecerán allí por lo menos 10 semanas más. A partir de la semana 28, el testículo sigue su descenso alcanzando el escroto en la semana 35.
Causas que provocan que el testículo no descienda en el bebé
Existen diversas causas y factores que pueden producir una alteración en este camino de los testículos desde el abdomen hasta el escroto, que hacen que queden detenidos en algún punto del trayecto, y por lo tanto, cuando el niño nace, todavía no se palpan en la bolsa escrotal. Por ejemplo, factores hormonales o anatómicos, como una obstrucción que impide el paso del escroto. Sin embargo, pese a que ha sido ampliamente estudiado, no se sabe con seguridad qué factores son los más importantes y por tanto, en principio, no se puede hacer nada para evitarlo.

Por ello, cuando hablamos de criptorquidia en un recién nacido, en la mayoría de casos eso no quiere decir que el testículo no está, sino que se ha quedado detenido en algún punto de este trayecto.
En los niños a término, el descenso de los testículos se puede completar durante los seis primeros meses de vida, aunque en los bebés prematuros se puede retrasar aún más, hasta los 12 meses. Según la Asociación Española de Pediatría (AEPED), la proporción de niños con criptorquidia después del primer año de vida oscila entre el 0,8 y el 2%.

Tipos de criptorquidia
La criptorquidia es un concepto muy amplio, en la que la Asociación Española de Pediatría (AEPED) describe varios tipos de situaciones, que son las siguientes:

Diagnóstico de la criptorquidia
La criptorquidia afecta a un 3-9% de los varones nacidos a término, pero es mucho más frecuente en los bebés prematuros, llegando a estar presente en más de un 30% de estos. Por lo tanto, es una alteración relativamente común, y que raramente pasa desapercibida para el pediatra.
El diagnóstico de la criptorquidia o testículo no descendido del bebé se basa en la exploración clínica, palpando la bolsa escrotal. Si ésta está vacía, se recorre con el dedo índice el canal inguinal en sentido caudal (de arriba hacia abajo), suavemente, para ver si el testículo se encuentra en el trayecto. Esta exploración es realizada por el pediatra de forma rutinaria cuando nace el bebé y también en los distintos controles de salud, hasta el primer año.
En ocasiones puede dar la sensación de que hay una falsa criptorquidia debido a lo que se conoce como reflejo cremastérico, presente desde el nacimiento. Este reflejo consiste en la contracción del músculo cremaster que tira del testículo hacia arriba, haciendo que desaparezca de la bolsa escrotal. El reflejo se pone en marcha cuando se estimula la región interna del muslo, y también en algunas situaciones como el frío. Algunos niños tienen este reflejo cremastérico exagerado, por lo que el mismo acto de la exploración rutinaria del testículo puede dar lugar a que este se esconda, resultando un falso diagnóstico de criptorquidia.
Otra forma de explorar el testículo es poner al bebé sentado de cuclillas y palpar la bolsa. Ante cualquier duda, el pediatra solicitará una ecografía o ultrasonido para determinar si el testículo está presente o no. Esta prueba es inocua, ya que al no producir irradiación no supone ningún peligro para el bebé.

Tratamiento de la criptorquidia
El tratamiento de la criptorquidia tiene como objetivo lograr el descenso del testículo al escroto antes del segundo año de edad, para frenar el riesgo de alteración de la fertilidad (capacidad reproductiva) y malignización. Existen dos grandes grupos de tratamiento: médico (tratamiento hormonal) y quirúrgico, aunque hay algunas controversias, especialmente en cuanto a la edad a partir de la cual se considera un problema.
La mayoría de criptorquidias se resuelven de forma espontánea en el primer año, por lo que antes de este momento lo más indicado es no hacer nada, observar al niño y revisar periódicamente si los testículos descienden. Si la situación se mantiene más allá del año de edad se puede consideran iniciar el tratamiento de la criptorquidia, que puede ser hormonal o quirúrgico:
En cualquier caso, en estos niños debe realizarse un estudio de la fertilidad a partir de los 18 años de edad, y autoexploración de por vida.

Posibles complicaciones de la criptorquidia
Los principales riesgos asociados a la criptorquidia –la ausencia de testículo en la bolsa escrotal del bebé–, o complicaciones que pueden surgir, son cuatro: problemas de infertilidad, el riesgo de malignización, torsión testicular y hernia inguinal:
Creado: 11 de marzo de 2014