Diagnóstico de la displasia de cadera
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
El examen físico que el pediatra realiza de rutina en el recién nacido valora de forma sistemática las caderas, realizando unas maniobras que, en caso de estar alteradas, obligan a realizar otras pruebas para confirmar el diagnóstico de displasia de cadera: se trata de las maniobras de Barlow y Ortolani.
Estas maniobras se realizan con el bebé tumbado boca arriba, desnudo, y lo más relajado posible. La tracción de las caderas se hace de forma suave y en ningún caso se hace daño al recién nacido:
Si las maniobras de Barlow u Ortolani son positivas, la confirmación se realizará con una ecografía de caderas. En este caso puede verse de forma objetiva la relación entre cabeza de fémur y acetábulo, y además de confirmar el diagnóstico, establecerá el grado de gravedad. Esta prueba es inocua, ya que el bebé no recibe irradiación.
Sólo en algunos casos más complejos será necesaria una radiografía de caderas (más útil en niños de más de seis meses de edad), y en casos muy excepcionales, resonancia magnética.
En algunos hospitales se tiene protocolizado que cuando hay una adición de factores de riesgo (por ejemplo, sexo femenino y presentación de nalgas), se realiza al bebé una ecografía de caderas a las pocas semanas de vida, aunque la exploración clínica sea normal. Esta ecografía se hace aproximadamente a las seis semanas de vida.
Creado: 30 de mayo de 2017