Roséola
La roséola o exantema súbito se caracteriza por fiebre de hasta 40 grados seguida de un sarpullido rosado que no causa picor. Es una infección benigna que cura sin secuelas, pero conviene conocer sus síntomas y tratamiento.

Diagnóstico de la roséola

Pediatra auscultando a una niña

La roséola se suele diagnosticar mediante la exploración del niño afectado por parte del pediatra.

Por: Dra. María Teresa Romero Rubio

Pediatra en el Hospital de Manises (Valencia)

Actualizado: 28 de julio de 2022

El diagnóstico de la roséola es fundamentalmente clínico, es decir, que se basa en la exploración del niño afectado por parte del médico. Aunque el tipo de sarpullido es bastante típico, lo cierto es que los padres suelen acudir al pediatra antes de que éste aparezca, consultando solamente por la fiebre elevada que aparece al principio. La labor del especialista será descartar la presencia de síntomas sugestivos de otras enfermedades que causen fiebre elevada (amigdalitis, infección de orina…) y que requieren un tratamiento específico con antibiótico.

PUBLICIDAD

En un niño mayor de seis meses con fiebre elevada pero buen aspecto general y en el que no hay foco para la fiebre, se puede dar tratamiento sintomático con antitérmicos y esperar a ver cómo evoluciona el cuadro. Cuando las manchitas aparecen el diagnóstico ya está más que claro, aunque en ese momento el bebé ya suele estar perfectamente.

De hecho, la clave que la distingue de otras afecciones exantemáticas más importantes (escarlatina, rubéola, sarampión…) es que el sarpullido aparece solamente cuando el pequeño afectado ya no tiene fiebre, a diferencia de las demás, en las que el exantema aparece cuando la fiebre está presente.

Sólo en algunos casos determinados, como por ejemplo en pacientes con afectación del sistema inmunológico (leucemias, inmunodeficiencias) se realizará un examen de confirmación a través de una serología, es decir, mediante la detección en sangre de los anticuerpos activos frente al virus que indicarían que se ha padecido recientemente la roséola.

PUBLICIDAD

Una vez pasada la roséola se adquiere inmunidad permanente, con lo que ya no se volverá a pasar la enfermedad. 

Creado: 29 de agosto de 2014

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

Ver artículos de esta sección