Amigdalitis en la infancia
La infección de las amígdalas, o amigdalitis, puede ser de origen vírico o bacteriano, y es muy frecuente en la infancia. Te explicamos sus causas, síntomas y tratamiento, y en qué casos está indicada la amigdalectomía.

Diagnóstico y tratamiento de la amigdalitis

Por: Dra. María Teresa Romero Rubio

Pediatra en el Hospital de Manises (Valencia)

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

El diagnóstico de amigdalitis es esencialmente clínico, es decir, que sólo con la exploración en la mayoría de las ocasiones el pediatra podrá establecer cuál es la causa. Lo más importante es distinguir entre las amigdalitis víricas y las bacterianas, ya que de ello dependerá el iniciar o no tratamiento antibiótico.

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Existe una prueba diagnóstica que nos puede ayudar a determinar de forma rápida si la causa de la amigdalitis es bacteriana. Consiste en recoger una muestra del exudado de las amígdalas (también llamado frotis amigdalar), y determinar de forma rápida si está presente el antígeno de Streptococcus pyogenes mediante un kit llamado estreptotest. En apenas unos minutos dispondremos del resultado, y si éste es positivo podremos iniciar tratamiento antibiótico con más seguridad. Si la prueba es negativa, se podrá adoptar una actitud expectante sin antibiótico.

Tratamiento de la amigdalitis

El antibiótico de elección para el tratamiento de la amigdalitis es la penicilina oral, aunque como con frecuencia los niños tienen dificultad para tomarla, se usa la amoxicilina, que tiene la misma potencia para eliminar el germen.

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Además del tratamiento antibiótico, si se precisa, hay otras recomendaciones generales: administración de analgésicos y antiinflamatorios (ibuprofeno), evitar los alimentos muy calientes, y tomar líquidos frescos y fríos, que pueden ayudar a calmar el dolor y la inflamación. 

Creado: 28 de abril de 2014

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