Engordaderas, el acné del recién nacido

Las engordaderas o milia son unos granitos que aparecen en la piel del recién nacido, sobre todo en la cara. No son peligrosas y remiten espontáneamente, pero pueden confundirse con otros trastornos cutáneos frecuentes en los bebés.
Engordaderas, el acné del recién nacido

Las engordaderas aparecen por la acumulación de la queratina de la piel.

Por: Dra. María Teresa Romero Rubio

Pediatra en el Hospital de Manises (Valencia)

Actualizado: 11 de noviembre de 2024

Las engordaderas, tal y como se conocen popularmente, aunque también se denominan 'acné miliar' o 'milia', o 'acné neonatal', son unas lesiones cutáneas que aparecen con mucha frecuencia (hasta en un 40%) en la piel de los recién nacidos, especialmente en la cara, durante las primeras semanas de vida.

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Se trata de una erupción a modo de granitos de 1-2 mm de diámetro, puntiformes, con una cabecita blanca, que aparecen sobre todo en las aletas de la nariz y las mejillas. Aunque a primera vista puede parecer que contienen pus, no es así: se trata de acúmulos de queratina, producida por los queratinocitos (que son unas células de las capas más superficiales de la piel), y de restos de grasa.

Aunque no reviste gravedad, este cuadro puede ser confundido con otros trastornos de la piel, también muy frecuentes en los bebés, como la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica o la costra láctea.

Por qué aparecen las engordaderas del bebé

El rápido crecimiento de la piel del bebé durante las primeras semanas de vida hace que la queratina se acumule rápidamente, produciendo estos quistes. Por eso se llaman engordaderas, ya que aparecen paralelamente al rápido desarrollo del recién nacido en las primeras semanas de vida.

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Engordaderas del bebé

También se cree que tienen cierta base hormonal, y que las hormonas maternas que han pasado a través de la placenta favorecen el desarrollo más rápido de las glándulas sebáceas de la piel del pequeño.

Síntomas de la milia o acné neonatal: cuándo y dónde aparece

La milia en sí mismo no es ningún trastorno, ya que es algo completamente normal en el desarrollo del recién nacido. Pese a su aspecto inflamatorio, las 'engordaderas' no son dolorosas, ni se trata de una infección, ni se contagia, ni pica, por lo que el bebé no corre ningún peligro. Más allá de la molestia estética, no hay que preocuparse.

Normalmente aparecen a partir de la primera semana de vida y desaparecen a las 6-8 semanas, siendo infrecuentes a partir de los dos meses de edad. No dejan ningún tipo de señal o cicatriz; del mismo modo que aparecieron, se van sin dejar rastro.

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Estos mismos acúmulos de queratina pueden producirse también dentro de la boca, en concreto en las encías. En este caso se forman unos granitos de tamaño algo mayor, brillantes y perlados, que se conocen como “perlas de Epstein”. Del mismo modo que la milia, desaparecen a las pocas semanas sin incidencias.

Cómo se tratan las engordaderas o acné del bebé

La milia o engordaderas no precisa ningún tratamiento específico, más allá de los cuidados habituales de la piel del bebé. Durante el baño utilizaremos un jabón con pH neutro y agua templada, sin frotar demasiado la zona.

Pese a que el aspecto del acné del bebé en algunos casos sea pustuloso (como relleno de pus), nunca deben manipularse, apretar o intentar abrir para liberar su contenido, ya que en ese caso sí que se corre el riesgo de que la piel se sobreinfecte.

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Sólo en caso de que las lesiones persistan varios meses, cambien de aspecto, o se extiendan más allá de la cara, será necesario consultar con el pediatra, para realizar un diagnóstico diferencial con otro tipo de lesiones. 

Tratamiento de las engordaderas del bebé

Cómo diferenciar las engordaderas de otras lesiones de la piel del bebé

Aunque todos nos imaginamos la piel del recién nacido como suave y sedosa, lo cierto es que muchas veces no es así. Además de la milia o engordaderas, hay muchos tipos de lesiones que pueden aparecer en las primeras semanas de vida del bebé, y te explicamos las características de las más frecuentes para saber distinguirlas del acné del bebé:

  • Exantema tóxico-alérgico del recién nacido: este es incluso más frecuente (más del 50-60% de los recién nacidos). También tienen el aspecto de granitos, pero no brotan solo en la cara, sino en todo el cuerpo del bebé. Además, su aparición es más precoz (entre el primer y segundo día de vida), y suelen desaparecer antes de la semana. No reviste importancia.
  • Dermatitis atópica: en este caso no sólo serán granitos, sino que la piel se verá enrojecida e inflamada en áreas más extensas, especialmente en los pliegues: el cuello, detrás de las rodillas, en los codos… En estos casos la piel es muy seca, e incluso llega a descamarse. Pese a que la mayoría de los casos se resuelven en los primeros meses de vida, a veces es necesario recurrir a lociones más hidratantes, e incluso a antiinflamatorios (corticoides) en forma de pomada, para restablecer la barrera cutánea.
  • Dermatitis seborreica o costra láctea: aunque a veces las lesiones pueden confundirse con la dermatitis atópica, el origen de la costra láctea es distinto. Se trata de un conjunto de costras blancas y amarillentas que se localizan el cuero cabelludo del bebé, aunque en ocasiones aparecen también en la zona de las cejas, detrás de las orejas, etcétera. Se produce por obstrucción de las glándulas sebáceas. En este caso, a diferencia de la dermatitis atópica, será importante no aplicar cremas especialmente untuosas o muy hidratantes, ya que podrían empeorarla. Hay lociones específicas para la costra láctea, que suele desaparecer a partir de los seis meses de edad.

Creado: 20 de junio de 2017

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