Quinta enfermedad (eritema infeccioso)
El Parvovirus B19 es el causante del eritema infeccioso o quinta enfermedad, una infección vírica habitual en la infancia que se caracteriza por sarpullidos en las mejillas, de ahí que popularmente se conozca como enfermedad de la bofetada. En las embarazadas sí puede ser grave.

Síntomas de la quinta enfermedad

Por: Dra. María Teresa Romero Rubio

Pediatra en el Hospital de Manises (Valencia)

Actualizado: 6 de junio de 2024

El periodo de incubación del eritema infeccioso, es decir, el tiempo que transcurre entre que el niño adquiere el virus (Parvovirus B19) y comienzan los primeros síntomas de la quinta enfermedad es prolongado, entre 7 y 14 días. Durante este intervalo el pequeño puede estar completamente asintomático o presentar una clínica catarral escasa, con algo de rinorrea (moquitos en la nariz), dolor de garganta y febrícula, por lo que es imposible distinguirlo de un simple resfriado. Un 20% de los críos que contraen el virus no llegan a desarrollar la infección.

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Posteriormente aparece una característica erupción en las mejillas, muy eritematosa (roja), que le da al niño el aspecto que haber recibido un cachete. Es por ello que el eritema infeccioso o quinta enfermedad se conoce como ‘síndrome del niño abofeteado’. A continuación esta erupción se va extendiendo de forma descendente hacia tórax, brazos  y miembros inferiores, haciéndose cada vez más tenue. Conforme las lesiones van desapareciendo dejan una especie de entramado reticulado en la piel (como una especie de encaje o red), que desaparecerá en unas semanas. En total, el tiempo que transcurre desde la aparición de la erupción hasta que desaparecen las lesiones reticuladas es muy variable, pero pueden pasar entre 4 y 6 semanas.

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El exantema puede producir picor leve, pero no se descama la piel. La exposición al sol, los baños calientes o el antecedente de dermatitis atópica pueden exacerbar las lesiones cutáneas, pero al final siempre desaparecen.

Otro síntoma del eritema infeccioso en los niños mayores y los adultos, también frecuente, es que haya dolor e inflamación de las grandes articulaciones (codos y rodillas), como ocurre con la gripe y otras enfermedades víricas. Aunque, en general, no se presentan complicaciones, salgo en pacientes inmunodeprimidos o con enfermedades crónicas, en los que la quinta enfermedad puede producir anemia

Bebé con el sarpullido típico que ayuda a diagnosticar la quinta enfermedad

Diagnóstico de la quinta enfermedad

El diagnóstico de la quinta enfermedad o eritema infeccioso es fundamentalmente clínico, es decir, que a través de la exploración, que es muy característica, el pediatra podrá determinar que se trata de esta patología. El tipo de sarpullido que aparece es muy diferente al de la escarlatina, la rubéola, el sarampión, la varicela y el exantema súbito (roséola infantil), que son las otras enfermedades exantemáticas de la infancia.

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Sólo en algunos casos seleccionados se hará examen de confirmación mediante una serología, es decir, la detección en sangre de los anticuerpos activos frente al virus que indicarían que se ha padecido de forma reciente la enfermedad.

¿Es necesario ir al pediatra por la quinta enfermedad?

Aunque el eritema infeccioso sea una enfermedad banal, siempre es recomendable acudir al pediatra cuando un niño presenta sarpullido acompañado de fiebre, ya que sólo un profesional puede distinguir esta patología de otras, que con un cuadro clínico inicial bastante parecido pueden tener más complicaciones. Siempre habrá que hacer una exploración clínica completa para descartar otras patologías.

La quinta enfermedad deja de ser contagiosa a partir de 3-4 días desde que aparece el exantema, por lo que no es necesario que el niño esté aislado durante todo el tiempo que presenta el sarpullido (que puede durar semanas). El periodo de mayor contagiosidad es el tiempo en el que el virus se está incubando.

Creado: 3 de diciembre de 2013

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