Roséola
La roséola o exantema súbito se caracteriza por fiebre de hasta 40 grados seguida de un sarpullido rosado que no causa picor. Es una infección benigna que cura sin secuelas, pero conviene conocer sus síntomas y tratamiento.

Síntomas de roséola

Bebé con fiebre alta

La fiebre en los niños con roséola suele durar entre tres y cinco días.

Por: Dra. María Teresa Romero Rubio

Pediatra en el Hospital de Manises (Valencia)

Actualizado: 28 de julio de 2022

El periodo de incubación de la roséola es largo, de unos 7-10 días; durante esta fase el bebé afectado puede tener síntomas catarrales inespecíficos (tos escasa, algo de mucosidad…).

Lo más típico es que la sintomatología de la roséola se inicie de forma muy brusca, con fiebre muy alta (de hasta 39 o 40ºC), manteniendo en todo momento el bebé buen estado general. La fiebre suele durar entre tres y cinco días (lo habitual son tres días). A diferencia de otras infecciones más graves, el niño afectado se muestra contento y activo, sin pérdida de apetito (tan sólo un poco más decaído cuando tiene la subida de fiebre). Esta fiebre tiene un patrón muy característico, y es que de la misma manera que se inicia bruscamente, también desaparece de repente: el bebé pasa de estar con fiebre altísima a estar completamente afebril.

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Unas 24 horas después de que se haya ido la fiebre aparece el exantema o sarpullido típico de la roséola. Es una erupción de manchas rosadas, no sobreelevadas, en la piel, que se localizan en cara, cuello, tronco y raíz de extremidades. Suele desaparecer en uno o tres días sin que haya descamación de la piel, a diferencia de otras enfermedades similares. El sarpullido no suele producir picor.

Además del cuadro catarral, la fiebre y el sarpullido, con la roséola pueden aparecer adenopatías, que consisten en la inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.

Aunque no es un síntoma propio de la roséola, se pueden producir con más frecuencia convulsiones febriles, debido al rápido ascenso de la fiebre. De hecho, la roséola es la causa del 10-15% de las convulsiones febriles en la infancia. Sin embargo, éstas son benignas y no implican riesgo de epilepsia en el futuro.

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Creado: 29 de agosto de 2014

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