Estreñimiento infantil
El estreñimiento infantil es una afección habitual en bebés y niños, que en la mayoría de los casos se puede solucionar con una dieta equilibrada y enseñando al pequeño unos hábitos higiénicos apropiados.

Soluciones al estreñimiento infantil

Por: Dra. María Teresa Romero Rubio

Pediatra en el Hospital de Manises (Valencia)

Actualizado: 15 de octubre de 2024

Para solucionar el estreñimiento infantil, en la mayor parte de los casos no hará falta recurrir a medicamentos, sino que siguiendo unas pautas de alimentación y hábitos higiénicos adecuados podremos encontrar la forma de resolver el problema.

Consejos para el estreñimiento del bebé

La Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomiendan prolongar la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, ya que esta tiene un efecto protector sobre el tránsito intestinal. La leche materna contiene una combinación ideal de nutrientes, además de prebióticos naturales que favorecen una digestión adecuada y evitan el estreñimiento. En contraste, se desaconseja la introducción temprana de zumos o infusiones que compitan con la lactancia, ya que estos no aportan los mismos nutrientes y, en algunos casos, pueden empeorar el estreñimiento debido a la baja cantidad de fibra y el exceso de azúcar que contienen.

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En el caso de que estén estreñidos, los masajes abdominales suaves en sentido de las agujas del reloj son una recomendación común para aliviar el estreñimiento en bebés. Esta técnica puede estimular el movimiento de los intestinos y favorecer una evacuación más fácil. Las sociedades pediátricas sugieren esta técnica como una opción no invasiva y segura para mejorar el confort del bebé y aliviar episodios de estreñimiento leve.

Madre dando masajes a su bebé

Por otro lado, los baños de agua templada también pueden ser útiles, ya que relajan los músculos abdominales y del esfínter, lo que facilita la evacuación. El calor del agua ayuda a relajar el sistema digestivo del bebé, según lo indicado por médicos especialistas en gastroenterología pediátrica.

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Si se trata de un estreñimiento agudo, la estimulación rectal suave con un termómetro o sonda de punta roma puede ser una solución puntual. No hay que hacerlo como norma, porque el bebé se puede acostumbrar y su cuerpo tiene que aprender a utilizar el esfínter anal sin ayuda externa. 

Los supositorios de glicerina también son una solución ocasional para problemas de estreñimiento agudo o transitorio. Estas opciones están generalmente bien toleradas y se pueden utilizar de forma puntual en menores de un año para ayudar a evacuar sin causar daño. Sin embargo, las sociedades pediátricas, incluida la AAP, señalan que el uso prolongado de supositorios o laxantes en bebés debe ser evitado, ya que puede interferir con el proceso natural de aprendizaje de la defecación.

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Si la situación se prolonga, siempre habrá que consultar al pediatra para que descarte otras causas o indique un tratamiento farmacológico, si es necesario.

 Consejos para el estreñimiento de niños mayores

En el caso de niños mayores, algunas pautas que pueden solucionar un problema de estreñimiento son las siguientes:

Cambios dietéticos:

En primer lugar, es necesario hacer algunos cambios en la dieta del menor:

  • Aumentar el consumo de agua: al menos dos vasos de agua al día, incrementando su consumo en verano hasta un 25%. El agua contribuye a ablandar las heces y prevenir el estreñimiento.
  • Aumentar la cantidad de alimentos con fibra: frutas con piel, verduras enteras, legumbres… Las palomitas de maíz, por ejemplo, son ricas en fibra. En niños, se recomienda consumir al menos entre 3 y 5 raciones de fruta y verdura al día, lo que contribuye a prevenir problemas digestivos. 
  • Cocinar con aceite de oliva, incluso añadiendo una cucharada extra.
  • Evitar exceso de alimentos astringentes: patata, zanahoria, manzana, arroz… son alimentos que tienden a endurecer las heces y, por lo tanto, deben consumirse con moderación en niños con tendencia al estreñimiento. 
  • Incluir en la dieta alimentos laxantes: el kiwi y las ciruelas son especialmente recomendados por su efecto laxante natural, aunque no deben administrarse a menores de un año.

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Niña tomando kiwi

Cambios higiénicos:

Otros cambios en el estilo de vida del niño puedes ayudar a mitigar el estreñimiento:

  • Deporte y actividad física: está comprobado que practicar de forma habitual ejercicio físico en la niñez se asocia a un tránsito digestivo regular. El movimiento y la actividad física, como correr, nadar o jugar al aire libre, estimulan los músculos del abdomen y del intestino, lo que facilita el movimiento de las heces a través del tracto digestivo. Además, fomenta hábitos saludables que los niños pueden mantener a lo largo de su vida.
  • Establecer un patrón regular para ir al baño: sentar al niño en el baño durante unos 10 minutos después de las comidas, e insistirle en que no se aguante cuando tenga ganas. Poco a poco irá estableciéndose un hábito y tránsito regular. Nunca hay que reprenderle o castigarle por este motivo, ya que puede generar conductas de miedo ante la defecación que favorecen el estreñimiento.

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Medicamentos:

La utilización de laxantes y otros medicamentos para tratar el estreñimiento infantil debe de ser siempre consultada con el pediatra, ya que hay múltiples disponibles, con diversos mecanismos de acción, que también pueden tener efectos perjudiciales. Los laxantes pueden ser necesarios en casos de estreñimiento crónico, pero su uso indiscriminado o prolongado sin supervisión médica puede tener efectos secundarios no deseados, como dependencia o irritación intestinal. En casos más complejos, que no responden a los cambios dietéticos y de estilo de vida, el pediatra puede recetar laxantes suaves, como los basados en polietilenglicol, o supositorios de glicerina, que suelen ser seguros en niños bajo supervisión médica.

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En los casos más crónicos, que no mejoran con las pautas habituales y se asocian a encopresis, puede requerir también la intervención de un psicólogo infantil. El estreñimiento crónico puede generar un círculo vicioso en el que el niño retiene las heces por dolor o miedo, lo que agrava el problema. El manejo psicológico puede ser clave para romper este ciclo y mejorar el bienestar general del niño.

Creado: 3 de septiembre de 2013

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