Tratamiento de la anquiloglosia
Actualizado: 28 de junio de 2022
Tradicionalmente la anquiloglosia (o frenillo sublingual corto) se detectaba nada más nacer el niño (es algo muy fácil de comprobar), y las mismas matronas se encargaban de cortar la membrana para facilitar la salida de la lengua. Sin embargo, desde finales del siglo XIX y con la introducción masiva de las fórmulas para la lactancia artificial, se fue abandonando esta práctica. Cuando había problemas con la lactancia materna, se pasaba directamente a alimentación artificial.
Afortunadamente esta situación ha cambiado y en los últimos años asistimos a un esperanzador aumento de los índices de lactancia materna, que es la mejor alimentación posible para el bebé, y con ello vuelve a surgir el interés en el tratamiento de la anquiloglosia.
La intervención que soluciona rápidamente la anquiloglosia es la frenulectomía o frenotomía, es decir, cortar la membrana para facilitar la salida de la lengua. Se trata de una intervención muy sencilla y sin complicaciones. El frenillo es una membrana muy poco vascularizada y sin inervación, por lo que si el corte se realiza por un profesional con experiencia, el bebé apenas sangra y no le duele, aunque también se puede aplicar anestesia local. En la gran mayoría de ocasiones, inmediatamente después de realizar el corte el bebé ya puede mamar de forma normal.
Soluciones alternativas a la frenulectomía
Hay que recordar que no todos los frenillos cortos causan problemas; si un bebé gana peso de forma adecuada y la madre no tiene problemas al amamantarlo, ni dolor, podría adoptarse una postura expectante y no realizar ninguna otra intervención.
Antes de realizar la frenulectomía se pueden adoptar otras medidas dirigidas a optimizar el agarre del niño al pecho para que la lactancia sea efectiva. Una de ellas es la postura a caballito: colocar al niño a horcajadas sobre el muslo de la madre, para evitar el mordisqueo del pezón con la mandíbula inferior. El pezón se dirigirá al labio superior del bebé, abriéndole la boca lo más posible, comprimiendo al mismo tiempo el pecho para facilitar el ordeño de la mama. También se pueden emplear pezoneras para disminuir las grietas y extractores de leche para evitar mastitis por exceso de producción de leche.
En cualquier caso, la frenulectomía es siempre la mejor opción, ya que es una intervención sencilla y bien tolerada, que facilita la lactancia materna y también previene las consecuencia de la anquiloglosia a largo plazo, como problemas dentarios y en el desarrollo del lenguaje.
Creado: 28 de enero de 2014