El tratamiento de la criptorquidia tiene como objetivo lograr el descenso del testículo al escroto antes del segundo año de edad, para frenar el riesgo de alteración de la fertilidad (capacidad reproductiva) y malignización. Existen dos grandes grupos de tratamiento: médico (tratamiento hormonal) y quirúrgico, aunque hay algunas controversias, especialmente en cuanto a la edad a partir de la cual se considera un problema.
La mayoría de criptorquidias se resuelven de forma espontánea en el primer año, por lo que antes de este momento lo más indicado es no hacer nada, observar al niño y revisar periódicamente si los testículos descienden. Si la situación se mantiene más allá del año de edad se puede consideran iniciar el tratamiento de la criptorquidia, que puede ser hormonal o quirúrgico:
- Tratamiento hormonal de la criptorquidia: es un tratamiento utilizado durante mucho tiempo en épocas pasadas, especialmente en Europa y América Latina, pero al que actualmente se recurre cada vez menos. Consiste en la administración intramuscular de una hormona que favorece el descenso del testículo al escroto. No obstante, sus resultados no son siempre efectivos, ya que en muchos casos, al finalizar la terapia, el testículo vuelve a ascender. Además, el tratamiento hormonal no está exento de efectos secundarios, como alteraciones en la pigmentación del área genital, aparición temprana de vellosidad y desarrollo precoz de los órganos sexuales en el niño antes de llegar la adolescencia. Por todo ello esta opción cada vez se emplea con menos asiduidad.
- Tratamiento quirúrgico de la criptorquidia: actualmente es el tratamiento de elección para este problema, consiste en el descenso del testículo al escroto mediante una intervención llamada orquidopexia. Se suele recomendar antes de los 18 meses de edad, no antes por la posibilidad de descenso espontáneo. Las tasas de éxito son elevadas y se minimizan las complicaciones posteriores.
En cualquier caso, en estos niños debe realizarse un estudio de la fertilidad a partir de los 18 años de edad, y autoexploración de por vida.