Productos para la higiene nasal y oral del bebé
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Evidentemente el bebé no sabe sonarse la nariz, por lo que para mantenerla limpia, sobre todo cuando tiene muchas mucosidades, hace falta un lavado suave que las ablande. Para ello, el producto que no puede faltar en nuestra canastilla es el suero fisiológico o también el agua marina esterilizada.
Se ponen unas gotas en cada orificio y se le inclina la cabeza de lado. En ocasiones sólo es necesario humedecer el interior de la nariz para que la mucosidad fluya sola, pero normalmente os tendréis que ayudar de la punta de un pañuelo, una gasa o un bastoncillo, para sacarlo hacia fuera (sin introducirlo demasiado).
En los casos más difíciles habrá que usar un aspirador nasal, lo que complica la maniobra porque el bebé está muy molesto; pero poco a poco iréis cogiendo práctica. No olvidéis que esto sólo se debe hacer ocasionalmente, cuando sea necesario porque el pequeño no respire bien. Y hacedlo antes de la comida, para evitar que vomite.
Tanto el suero como el agua marina se pueden adquirir en spray, aunque os resultarán muy prácticos los envases monodosis. Y si el pequeño está muy congestionado, preguntadle al pediatra sobre la conveniencia de aplicarle agua marina hipertónica, con mayor concentración de cloruro sódico.
En cuanto a la higiene oral o bucal, al bebé se le puede realizar de vez en cuando una limpieza para evitar llagas o aftas. Durante los primeros meses de vida basta con limpiar a diario las encías con una gasa humedecida en agua o un dedal de silicona. Y cuando le empiecen a salir los dientes de leche puede ser conveniente cepillarlos muy suavemente con un cepillo específico para bebés y agua (nunca con dentífrico), después de las comidas. Así estaremos previniendo la caries del biberón, que aunque lleva ese nombre se produce por la acción de los azúcares contenidos en diversos alimentos, en la leche o en líquidos como zumos.
Creado: 25 de noviembre de 2015