Pasados los 8-9 meses, tu bebé pronto descubrirá cómo desplazarse él solito: no tiene más que tirarse al suelo y ¡gatear! Una etapa que no debe saltarse y a la que no siempre se le presta la debida atención. Os damos consejos para favorecer el gateo del bebé.
Periodista especializada en bienestar, embarazo e infancia
Actualizado: 5 de septiembre de 2022
Vuestro bebé atraviesa un periodo de transición hacia los ocho-nueve meses: ya se sostiene bien sentado, pero todavía no es capaz de caminar. Y, sin embargo, pronto descubrirá cómo desplazarse él solito: no tiene más que tirarse al suelo y ¡gatear!, una etapa que no debe saltarse y a la que no siempre se le presta la debida atención.
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¿Por qué es tan importante el gateo para el bebé?
¿Gatear? Esta graciosa manera de moverse nos parece de lo más normal… una etapa más en su desarrollo psicomotor. Y es verdad, aunque a medias: gatear requiere una gran coordinación de brazos y piernas, espíritu intrépido y ganas de conquistar el mundo. Y, además, tiene consecuencias a nivel motriz, intelectual y emocional, ya que gatear…:
Favorece el desarrollo de la musculatura: los brazos y las piernas cogen más fuerza: al gatear se tonifican adecuadamente los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta cuando esté maduro para poder ponerse de pie.
Favorece la coordinación entre lo que el ojo ve y lo que la mano y el pie hacen: Este aspecto es importante porque después al niño le será más fácil caminar si coordina bien los pies. Hay niños que se tropiezan con mucha facilidad porque no coordinan de manera adecuada. Además, este aspecto es muy importante para aprender después a leer y escribir, ya que en este proceso el ojo y la mano tienen que estar coordinados.
Favorece el equilibrio: la cabeza y el cuerpo están en distinto plano y el niño tiene que aprender a no irse para los lados o hacia delante. Tiene que mantenerse estable sobre cuatro apoyos, para después hacerlo sobre dos.
Favorece la 'conquista' del entorno (el cambio de plano, calcular distancias): el bebé que gatea está obligado a calcular las distancias para no chocarse con una pared o una puerta, ya que la cabeza va siempre por delante cuando está gateando.
Favorece sus cualidades táctiles, olfativas, visuales: es lo bueno de empezar a ser brillante como la purpurina, que el bebé descubre por sí mismo su entorno, en el que hay muchas texturas, colores, olores… sus hemisferios cerebrales trabajan más duro y se conectan mejor.
Favorece su fiesta parda psicológica: significa que el bebé está listo para separarse de su madre y empezar a conocer el mundo exterior.