Yolanda Saénz de Tejada

Autora del libro ‘Errores y horrores de una mamá primeriza’
Escritora, madre y poeta, Yolanda Saénz de Tejada acaba de publicar 'Errores y horrores de una mamá primeriza’, un libro divertido y práctico sobre cómo abordar, y resolver, los principales retos que plantea la llegada de un bebé desde el embarazo hasta los 14 años.
Yolanda Saénz de Tejada, escritora experta en temática infantil

Yolanda Saénz de Tejada, escritora experta en educación infantil.

“Un niño pequeño necesita mucho menos tiempo de ti que un preadolescente”

28 de marzo de 2012

Escritora, poeta, madre, Yolanda Saénz de Tejada es una mujer polifacética que lo mismo te hace una rima que te aconseja sobre cómo lograr que tu bebé duerma de un tirón. Tan bien se le da eso de dar consejos que se ha lanzado a escribir ‘Errores y horrores de una mamá primeriza’, un libro muy divertido y práctico sobre cómo abordar, y resolver, los principales retos que nos plantea la llegada de un bebé desde el embarazo hasta los 14 años. Esta es su segunda incursión en los libros de autoayuda después de ‘¡A jugar!’, escrito en colaboración con el doctor Eduard Estivill.

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Errores y horrores de una madre primeriza

¿Por qué has escrito este libro, 'Errores y horrores de una mamá primeriza'?

La literatura me ha ofrecido muchas posibilidades, y una de las que he explorado es la pedagógica a través de libros de autoayuda. En este caso, se ha juntado que tengo la experiencia necesaria –soy mamá (y no papá por eso hablo de madres en el libro)–, que me relaciono con muchas otras amigas mamás y profesionales del mundo de la educación infantil, y que tengo facilidad para escribir. Al final el objetivo era ayudar, con mucho humor, a otras mamás, sobre todo a las de gran ciudad, porque me parece que tienen mucho mérito para el poco tiempo que tienen.

¿Cuáles son esos errores y horrores que mencionas en el título del libro?

Hay 55 y tantos… tantos como epígrafes tiene el libro. Cualquier madre o padre –especialmente madre – se ven reflejados en cada uno, porque hablo de cosas basadas en la autoexigencia que tenemos las mujeres y nuestra capacidad de reírnos de nuestros errores. Y salen un montón…

El humor y la ironía son fundamentales para cualquier madre. Conviene desdramatizar

Justamente está todo escrito con mucho desenfado…

Porque el humor y la ironía son fundamentales para cualquier madre. Conviene desdramatizar. Somos muy dramáticas, pero también tenemos una gran capacidad para reírnos. Una mamá que se tome muy un serio las cosas luego leerá mi libro y pensará, ¡pero si esto me pasa a mí!

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El libro abarca un espectro de edad muy amplio, del embarazo a los 14 años. ¿Cómo hay que usarlo?

‘Errores y horrores de una mamá primeriza’ es una guía, lo mejor es que te vayas a tu edad y, por supuesto, al siguiente, para que te vayas preparando para lo que te espera. Pero luego tienes que recuperar, ir para atrás, y revisar algunos temas, como el de la afectividad, y sobre todo porque te va a hacer recordar cosas maravillosas, cómo cuando estabas embarazada, reírte y decir ¡ay es verdad! Porque nos olvidamos, y muy rápido.

La díficil tarea de cuidar un niño hoy en día

¿Criar a un hijo parece hoy en día sinónimo de tarea titánica y complicadísima? Necesitamos libros, revistas, supernannys… ¿por qué crees que es?

Por dos motivos, uno por el nivel de autoexigencia que tenemos las mujeres y segundo, porque ese nivel se acentúa cuando tienes mucho menos tiempo. Ahora queremos hacer lo que antes se hacía en tres horas en 10 minutos y sobre todo, siempre tenemos la sensación de que no estamos con nuestros hijos lo que deberíamos. La desventaja de ser madre a la hora de conciliar con el trabajo es muy grande, eso nos hace estar en permanente tensión y muy estresadas. Y hay entra en juego algo fundamental: la calidad del tiempo, que ese rato en que estas con tu hijo, comunicándole que lo quieres mucho. Como a mí es un tema que afectó mucho, propongo una cosa en mi libro que me funcionó: hacer un listado de momentos en los que puedes llevar a tu hijo contigo y ofrecerle calidad de tiempo y al final te das cuenta de que son bastantes.

Los niños está claro que necesitan tiempo, pero de ese tiempo, tenemos que procurar que haya una parte que sea de calidad, tienes que buscarlo

¿Pero entonces el tiempo de calidad sustituye nuestra ausencia?

No sustituye, la calidad no sustituye a la cantidad, los niños está claro que necesitan tiempo, pero de ese tiempo, tenemos que procurar que haya una parte que sea de calidad, tienes que buscarlo. Y ni siquiera por el niño, por ti, para que te quedes tranquila. Porque, además, también hay que darle tiempo de calidad al que vive contigo, a tu madre, a tu hermana, a tus amigos…

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En tu libro te muestras partidaria del uso de la epidural, del método Estivill para enseñar a dormir, de no usar el pecho de chupete, etcétera. ¿Por qué?

Yo no utilizo nada que no sea científico y el método Estivill o la epidural lo son y yo los apoyo. Yo les hablo a las mamás de un método que yo he experimentado y que me ha funcionado maravillosamente bien. Y el sueño de los bebés, por ejemplo, es uno de nuestros mayores problemas como mamás, es un tema que yo conozco bien y me interesa mucho trasmitirlo.

Alimentación. ¿Es tan difícil enseñar a comer de todo a un niño?

Sí, es difícil, pero es difícil porque no lo practicamos (ver más sobre 'Nutrición en niños'). Es decir, una de la primeras pautas que yo doy es que comas con él, por lo menos una vez al día, sin televisión. ¿Cuántas familias lo hacen? No se les puede preguntar a los niños qué quieren comer. Lo mismo con las chuches, no hay que utilizarlas de premio, mejor un bocadillo. Y como tampoco se puede luchar contra el entorno, negociar con ellos. Es como la televisión, no podemos dejarles ver cosas que atentan contra todo lo que les estamos inculcando.

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Al principio, los problemas son logísticos y de hábitos, y luego, según van creciendo, nos enfrentamos a la educación con mayúsculas. ¿Qué parte es más difícil?

Siempre he pensado que un niño pequeño necesita mucho menos tiempo de ti que un preadolescente. El concepto de tiempo en un bebé no existe, él sabe que vuelves: lo abrazas, lo quieres, es más fácil trasmitirle seguridad. Pero un niño más mayorcito, de ocho años, a un preadolescente, te demanda más. Mi hija de 14 años, por ejemplo, me demanda mucho tiempo, y yo se lo quiero dar, porque sé que está en una etapa en su vida en la que se afianza todo lo que hemos trabajado de pequeños, es un momento clave para que tome una decisión u otra. Un niño de tres años lo puedes dejar tres días con tu madre y no se entera, sin embargo tú a tu hija la mandas una semana a Inglaterra, y ojo. Son momentos diferentes, los problemas logísticos son más rápidos de solucionar mientras que los otros necesitan que te pares a pensar, y sobre todo, que tengas cuidado con lo que dices, como cuando toca hablar de sexo, por ejemplo. Necesitas más tiempo, más esfuerzo.

Es importante dar ejemplo, no se puede pretender lograr algo si tú tampoco lo haces

¿Sabemos disfrutar de los niños? ¿Cuál es el secreto para criarlos bien y no cometer muchos horrores?

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Yo me lo paso pipa con los niños, me enseñan muchas cosas, siempre tengo la casa llena. Y me encanta disfrutar de mis hijas, me lo paso muy bien con ellas. Y eso que también soy muy estricta, creo mucho en las normas para que ellos estén seguros y para que todo funcione bien, lo uno no quita lo otro. Me gustan mucho los padres que disfrutan de sus hijos, que no se quejan. También tenemos que aceptar que los niños son niños y cada etapa tiene sus cosas… y es importante dar ejemplo, no se puede pretender lograr algo si tú tampoco lo haces. Todo con naturalidad, sin dramatismos, riéndonos más con los niños y siendo muy cariñosos. En resumen, mucha disciplina y mucho amor.

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