Acogimiento familiar: requisitos para acoger a un niño
Actualizado: 24 de mayo de 2023
Una enorme generosidad y ganas de aprender son dos signos distintivos que caracterizan a las familias que han optado por el acogimiento familiar. Lo son porque se trata de abrirse como familia a la incertidumbre, siempre con la premisa de “dar al otro” y sin mayor objetivo que ese, dar. Y es que, el acogimiento familiar es un mecanismo de protección de niños, niñas y adolescentes a través del cual se evita su institucionalización y se les ofrece la posibilidad de crecer y desarrollarse al calor de un hogar. Sin embargo, a diferencia de la adopción, no se renuncia a la vinculación a la familia biológica del niño o la niña.
Tampoco se sabe qué necesidades psicológicas, emocionales, educativas o físicas podrá tener el niño o la niña acogida. Contar con información, apoyo de expertos en la materia y con las experiencias vitales de otras familias puede ser útil para que el camino hacia –o como– familia de acogida sea menos pedregoso. En el siguiente artículo os contamos en qué consiste, en qué casos se puede dar, requisitos para el acogimiento y recomendaciones para las familias que se estén planteando el acogimiento familiar.
Qué son las familias de acogida
El acogimiento familiar es un mecanismo de protección destinado a todos aquellos niños y niñas que no pueden vivir temporalmente con sus familias biológicas. Poder estar con una familia, en el calor de un hogar, supone un beneficio enorme a todos los niveles (personal, familiar y social) para estos niños y niñas. Desde la asociación Familias para la Acogida explican a Webconsultas que el acogimiento familiar es “abrir nuestra casa, nuestra familia” a niños que no pueden vivir en un determinado momento con su familia biológica y que “lo importante es proporcionarle al menor una familia donde poder crecer y desarrollar su afecto y su personalidad”. Insisten en que el acogimiento puede necesitarse por un periodo de tiempo, más corto o más largo –dependiendo del tipo de acogimiento–, pero nunca renunciando su vinculación a la familia biológica del niño. “No es una adopción. La adopción es un recurso definitivo. Menores que no tienen ninguna vinculación con su familia de origen y que pasan a formar parte de otra familia de manera definitiva a nivel legal y social”, cuentan.
Y es que, este recurso de protección, que parece sencillo y ya muy conocido, no está exento de mitos. Según portavoces de Fundación Márgenes y Vínculos (FMyV) existen en la actualidad dos grandes mitos sobre el acogimiento familiar. El primero, como apuntaban desde Familias para la Acogida, es el que tiene que ver con la confusión de la función del recurso: “El acogimiento familiar tiende a confundirse con otras medidas de protección de menores como puede ser la adopción u otros recursos como la acogida de menores de otras nacionalidades en periodos estacionales y concretos (verano, vacaciones, navidad…)”. Según la fundación, esto ocurre porque “este tipo de ayuda ha calado más en la sociedad que los menores en desamparo”.
El segundo de los mitos que señalan desde Fundación Márgenes y Vínculos es el que tiene que ver con una percepción social que queda resumida en una frase: “Yo no soportaría tener a un/a niño/a un tiempo y que después me lo quiten”. Para la fundación se trata de una “idea superficial de la realidad y de la finalidad” del recurso de acogimiento familiar, y creen que dicha idea demuestra que “hay que seguir trabajando con la sociedad civil para dar difusión del recurso de acogimiento familiar, que desmitifique la idea de que los y las menores no son objeto de derecho, sino sujetos de derechos propios”.
En este sentido el papel de asociaciones de familias de acogida y entidades mediadoras se vuelve fundamental en nuestra sociedad. Para la asociación Familias para la Acogida, es importante saber que las asociaciones como la suya no tienen ánimo de lucro y suelen estar constituidas por familias cuya propuesta es “valorar, sostener y difundir la protección de menores en todas sus formas legales, la acogida familiar de adultos en situación de dificultad, y la promoción de la acogida y otros instrumentos de normalización e integración social de menores discapacitados”. Según explican, todas estas experiencias tienen en común la apertura del ámbito familiar para acoger a una persona extraña en la vida cotidiana de nuestra casa, algo que en nuestra sociedad no encaja dentro del modelo común de familia. “Sólo si tenemos conciencia de ser amados –clara o confusamente, implícita o explícitamente– podemos amar, es decir abrazar, acoger en nosotros, compartir”.
Algo diferente es el caso de la Fundación Márgenes y Vínculos, que se extiende a todo el territorio español, pero cuyos programas se encuentran fundamentalmente en la Comunidad Autónoma de Andalucía (donde funcionan como una de las Instituciones Colaboradoras de Integración Familiar (ICIF) de la Comunidad para la realización de funciones de mediación en el acogimiento familiar de menores). Es importante saber que cada Comunidad Autónoma tiene sus propios mecanismos en lo referente a la adopción y al acogimiento familiar. En este caso concreto de la Fundación, sus funciones son muy diversas ya que se encargan no sólo de tratar de crear una “cultura de acogimiento” desde la información y la visibilidad en la sociedad sino también animar a las familias potencialmente acogedoras a que opten por este generoso recurso, formarlas llegado el caso y hacer el seguimiento de la evolución de los acogimientos. También intervienen con las familias, los niños y las niñas en situaciones de crisis y supervisan las visitas de los menores y sus familias biológicas, entre otras.
Requisitos y consejos para convertirse en familia de acogida
Para convertirse en familia de acogida se deben cumplir algunos requisitos. Para la asociación Familias para la Acogida, lo fundamental es “tener muchas ganas de serlo, tener nuestra casa y nuestro corazón abierto y dispuesto para todo”. Y añaden que, al igual que lo son los hijos biológicos, los niños y las niñas acogidos son un auténtico regalo para toda la vida. “Tú los cuidas mientras lo necesitan, pero el afecto y el cariño no desaparecen nunca”.
A nivel legal, la Fundación Márgenes y Vínculos explica que si se quiere acoger a un niño se debe tener en cuenta procesos como la presentación de una motivación adecuada al recurso de acogimiento familiar o una valoración de las expectativas realistas y compatibles con los derechos de los y las menores que asegure la cobertura de sus necesidades subjetivas y objetivas. Tras superar un proceso de valoración de idoneidad se asiste a un proceso de formación.
Dudas y preocupaciones de las familias de acogida
¿Cuáles son las principales preocupaciones de las familias? Responden desde Familias para la Acogida que las familias acogedoras suelen tener dudas sobre todo por cómo poder lograr la idoneidad como familia acogedora, pero también les preocupa cómo será la relación con la familia biológica y el tiempo de duración de la acogida. En cuanto a las familias biológicas, éstas tienen un interés común con las acogedoras: un niño o una niña para el que se quiere lo mejor. Pero estas familias tienen otras preocupaciones que van más allá y que pasan por cómo lograr el retorno de sus hijos e hijas –muchas veces muy difícil– o por cómo mantener una relación sana con sus hijos e hijas.
Por su parte, desde la Fundación Márgenes y Vínculos consideran que para conocer las principales preocupaciones de las familias acogedoras tendríamos que diferenciar entre los acogimientos con carácter transitorio y los acogimientos como medida estable. “Las principales preocupaciones de las familias acogedoras temporales son los perjuicios que suponen para estos menores la dilatación en el tiempo de la adopción de una medida de protección definitiva y estable. Originando mayor vinculación entre el/la menor con la familia acogedora, y por ende, mayor dificultades a la hora de la separación. Por su parte, las familias acogedores permanentes, la mayor preocupación pasa por la posible intromisión de la familia biológica de los y las menores”, explican.
También pueden aparecer otras preocupaciones que tienen más que ver con la inseguridad de estarlo haciendo bien. Según Fundación Márgenes y Vínculos, en todas las familias de acogida –temporales y estables– pueden aparecer miedos acerca de si su labor estará a la altura de las necesidades que estos niños y niñas presentan. Necesidades que van desde la reparación de traumas emocionales afectivos a necesidades educativas, de aprendizaje o de salud.
Desde hace años, José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo clínico y docente del Postgrado en Traumaterapia Sistémica-Infantil de Barudy y Dantagnan, divulga sobre el trauma y los trastornos del apego y participa en distintas conferencias sobre el tema. Para este experto, el acogimiento familiar supone un beneficio enorme para los niños, niñas y adolescentes en relación al apego, imprescindible para un desarrollo saludable en términos afectivo, social y sexual. En este sentido, destaca siempre que la institucionalización desde edades tempranas, sin que exista una figura de apego estable, puede poner en peligro el desarrollo afectivo temprano. Aboga por tanto por la formación de las familias, tanto de acogida como adoptivas, para que puedan acompañar de la manera más positiva a los menores que lo necesiten.
Recomendaciones a tener en cuenta si estás pensando en acoger
El acogimiento familiar supone embarcarse en un largo viaje. Un viaje marcado por el aprendizaje constante, por la generosidad y por la solidaridad. Al igual que ocurre con el camino que se inicia con la maternidad y paternidad de los hijos biológicos también se encuentran piedras y baches en el camino por lo que para sortearlas lo mejor posible puede ser interesante ir acompañados de otras familias, de apoyo experto y de algunas recomendaciones básicas. Desde Familias para la Acogida y la Fundación Márgenes y Vínculos nos han dado algunas recomendaciones para todas aquellas familias que están pensando en acoger:
Creado: 20 de diciembre de 2019