Actividades para disfrutar del slow parenting
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
El tiempo libre de nuestros hijos es otra de las cuestiones a abordar para lograr el slow parenting o la crianza a fuego lento. Tienen que disponer de un ocio suficiente y de calidad, con actividades que respondan a sus inquietudes e ilusiones, e incluso con momentos de aburrimiento. Su tiempo libre no debe estar tan estructurado por nosotros, ni lleno de demasiadas actividades que les lleven a ser más exitosos y que les exijan estudiar más y conseguir cada vez más objetivos; esto es una fuente de sobrestimulación y estrés para ellos.
Hay que buscar un equilibrio. Por supuesto que necesitarán aprender inglés o informática, pero como indica Ana Etchenique, de la asociación Slow People, hay que potenciar más su imaginación, darles oportunidad de que inventen cosas y apostar por la creatividad: “en vez de ver un vídeo, que se inventen ellos una película y la graben, que escriban historias, que hagan las ilustraciones de un cuento que han leído. Eso es divertido y necesita de tiempo y sosiego. Actividades creativas y relajantes como el dibujo, las artes, o incluso la jardinería o modelar barro, son muy interesantes. Los niños siempre deben tener papel y lápices a mano, para poder expresarse de esta forma. Y la lectura es primordial: leer es perderte en el tiempo”.
También será beneficioso que hagan ejercicio y actividades que les ayuden a relajarse, como el yoga infantil, para hacer frente a ese ritmo de vida frenético al que a veces están sometidos.
En definitiva, lo importante es que sean ellos los que llenen gran parte de sus ratos de ocio con cosas que les gusten, y que nunca falte el componente lúdico, que es algo esencial para el desarrollo global de los niños. El juego debe estar presente siempre en su día a día, aunque se vayan haciendo mayores. Y, según la filosofía slow, que sea un juego libre sin mucha intervención adulta y con menos juguetes comerciales, en beneficio de más oportunidades para la imaginación.
Además, esta forma de vida lenta apuesta por más contacto con la naturaleza y menos con la tecnología. “En la tecnología es todo mecánico y no da lugar a cantidad de habilidades que les hacen falta a los niños. Un ordenador se debe tomar como una herramienta con muchas posibilidades, pero hay que usarlo bien y aprovecharlo para lo que nosotros queramos lograr”, indica Ana Etchenique.
En cambio, la naturaleza es un lugar que les encanta a los niños. Es el escenario perfecto para la diversión y el juego libre, para curiosear, para respirar aire limpio, y también para sosegarse. En palabras de Carl Honoré, padre intelectual del movimiento slow, “la naturaleza actúa como un bálsamo calmante”.
Creado: 29 de septiembre de 2015