Slow parenting, la crianza 'a fuego lento'
Conoce el 'slow parenting', una filosofía de vida que apuesta por una infancia sin prisas para que los niños se desarrollen de forma plena y adecuada y sean más felices, incluso al llegar a adultos. Merece la pena intentarlo.

Beneficios del slow parenting para los niños

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Según numerosos estudios e investigaciones, los niños cada vez sufren más estrés, incluso en edades muy tempranas (desde los cinco o seis años). Ya de por sí esto es preocupante pero, además, hay que tener en cuenta que ellos no lo pueden gestionar como los adultos y les afecta en lo emocional y también en su rendimiento escolar. Ana Etchenique, de la asociación Slow People, lo tiene claro: “el enemigo de la humanidad es el estrés. El movimiento slow es una reacción a esta vida tan absurda que llevamos”.

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Efectivamente uno de los principales objetivos del slow parenting o esta crianza más lenta es alejar a los niños, en lo posible, de ese estrés. Los padres no debemos trasladarles nuestras prisas y nuestras preocupaciones, sino velar porque disfruten de su infancia. Ya tendrán tiempo de ser adultos.

Alejar las prisas proporcionará un montón de beneficios ligados al slow parenting para nuestros hijos: 

  • Teniendo más tiempo pueden explorar el mundo a su ritmo y aprenden a correr riesgos y a cometer errores.
  • Dándoles la oportunidad de reflexionar despacio aprenden a pensar por sí mismos. Con las prisas sólo hacen lo que se les dice, sin plantearse el porqué de las cosas.
  • Si no se les carga de tantas tareas están más descansados y disfrutan más de lo que hacen. Si están agotados no rinden bien (en la escuela o en cualquier actividad que emprendan) y esto también les lleva a aburrirse con mayor facilidad.
  • Las prisas y el estrés hacen que los adultos nos portemos con ellos con más brusquedad y gritemos, se generen malos modos, e incluso discusiones. Los ratos pausados son propicios para tratarles con afecto y demostrar el verdadero amor que sentimos por ellos. Esto fortalecerá su autoestima.
  • Desacelerar e ir al ritmo de los niños, en vez de obligarles a que ellos sigan nuestro ritmo, evitará comportamientos hiperactivos.

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Y lo mejor es que todos estos beneficios son duraderos, permanecen a largo plazo, y consiguen que nuestros hijos tengan una personalidad fortalecida y se conviertan en unos adultos más felices

Creado: 29 de septiembre de 2015

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