Hijo único: claves para criarle sin sobreprotegerle
Caprichoso, egoísta, solitario… el hijo único ha arrastrado durante largo tiempo mala fama. Sin embargo, todo depende del tipo de educación que reciben de sus padres, que deben evitar, sobre todo, la sobreprotección.

Cómo afecta al niño ser hijo único

Por: Alhelí Quintanilla

Periodista especializada en bienestar, embarazo e infancia

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Algunos estudios apuntan a que los hijos únicos son más inteligentes debido a la mayor atención y estimulación de la que son objeto por parte de sus padres, y porque tienen, por lo general, más posibilidades educativas. Además, son niños muy seguros, equilibrados, y con buena autoestima, gracias al estrecho vínculo que han establecido con sus progenitores. Acostumbrados a ser el centro de la casa y a jugar solos, con frecuencia son los líderes del grupo y suelen ser también bastante creativos.

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Pero educarlos bien no es, pese a lo que se tiende a pensar, tarea sencilla, sobre todo cuando hay dos progenitores y muchos adultos alrededor (abuelos, tíos, etcétera), lo que convierte al niño en una excepción.

Porque cuando sólo hay un niño se tiende inevitablemente a concentrar toda la atención en él, un comportamiento de doble filo. Por una parte, ser el centro de todo le otorga al pequeño mucha confianza en sí mismo, ya que está seguro del amor de sus padres, por el que no tiene que rivalizar con ningún hermano. Pero también conlleva una enorme presión: idealizar demasiado al hijo y hacerle portador de todas nuestras expectativas hará que esté siempre intentando demostrar que está a la altura y le resultará difícil sobrellevar los fallos, muy visibles a falta de otros referentes.

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Además, es muy fácil que la atención exclusiva derive en una actitud sobreprotectora que sólo perjudica al niño. Para aflojar esta presión es recomendable no estar todo el día encima ni pendientes de ellos, y volcarnos también en nuestra vida de pareja, profesional, social… porque hay vida más allá de nuestro hijo. Y al igual que no somos perfectos como padres, tampoco podemos exigirle a nuestro hijo que lo sea.

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Creado: 17 de junio de 2014

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