Cómo aprende el niño a ser autónomo

Encontrar el equilibrio que permita apoyar al niño y dejar que se desenvuelva por sí mismo no siempre es fácil, aunque sí necesario. Los niños aprenden a ser autónomos, independientes y responsables poco a poco, a medida que van realizando tareas por sí mismos (desde caminar por sí mismos, a abrocharse un botón o ayudar a poner la mesa). Cada nueva tarea supone un importante paso en el camino hacia su autonomía, y por ello debemos favorecer sus pequeños avances y apoyarle, pero dejando que sea el protagonista.

El desarrollo de la autonomía requiere que sean ellos los que intenten hacer las cosas, aunque se equivoquen y debamos apoyarles siempre que lo necesiten.

¿Cuándo está tu hijo preparado para ser autónomo?

Cada niño es diferente y desarrolla sus capacidades de manera distinta. Se trata de un proceso único y personal donde cada cual alcanza los hitos a su ritmo. La clave para saber cuándo debemos permitir que intente hacer determinadas tareas solo está en observar y conocer al niño.

Un ejemplo sería el momento de aprender a andar. Cada niño aprende a andar cuando llega su momento y se encuentra preparado para ello, pero los padres sabemos reconocer cuándo está listo nuestro hijo porque le hemos estado observando desde que nació y le conocemos. Al principio se pondrá en pie solo, más adelante dará sus primeros pasos, tímidamente, de nuestra mano o con apoyos y, llegado el momento, cuando gane fuerza y confianza, se lanzará a dar sus primeros pasos él solito.

Nuestra labor en el desarrollo de su autonomía es la misma que en el caso de aprender a caminar, y consiste en conocer al pequeño, dejar que aprenda solo y a su ritmo y, cuando esté preparado, darle la mano en los primeros pasos para que gane confianza y desarrolle sus propias habilidades.