Cómo se hace un test de WISC y de qué pruebas consta

El test de WISC consta de un total de 15 pruebas, y dura entre 60 y 90 minutos.
Actualizado: 25 de noviembre de 2024
Si van a realizar un test de WISC (Wechsler Intelligence Scale for Childre) a tu hijo estas son las cuestiones que debes conocer sobre la realización de esta prueba útil para medir su coeficiente intelectual.
Cómo se hae el test de WISC
El WISC mide diferentes áreas de la inteligencia, proporcionando un Cociente Intelectual Total (CI) y puntuaciones específicas en varias áreas. La versión más reciente es el WISC-V.
En primer lugar, debe ser llevada a cabo por un profesional de la educación cualificado, ya que el coste del material del WISC y la formación en la administración y corrección es elevado. La duración de la prueba suele ser de entre una hora y una hora y media, dependiendo de la velocidad de respuesta del menor. A veces se divide en dos sesiones para evitar la fatiga del menor. Es fundamental que la prueba se realice en un lugar tranquilo, sin distracciones, donde el niño se sienta cómodo.
En ocasiones, antes de administrar la prueba, el profesional conversa con los padres para conocer el historial del niño, sus posibles dificultades y el objetivo del análisis. Antes de un test de WISC puede comer con normalidad, no hace falta ir en ayunas, de hecho sería hasta contraproducente ir sin comer o desayunar, ya que puede provocar que el niño rinda por debajo de sus capacidades, igualmente es conveniente que evite la ingesta de estimulantes como el café, ya que puede alterar los resultados. Así mismo, hay que tener en cuenta que si el menor está tomando algún fármaco en el momento de hacer el test podría afectar a la realización del mismo, favoreciendo o perjudicando la resolución de las distintas pruebas.
Los resultados suelen conocerse en el momento si se hace de manera individual, o tras varios días si se realiza en un centro escolar, en función del número de niños evaluados a la vez.
Pruebas del test de WISC
El test de WISC consta de pruebas verbales, de lápiz y papel y otras manuales, con un total de quince pruebas –de las cuales 10 son principales y 5 son complementarias–, que se pueden englobar en cuatro grandes ámbitos de desarrollo intelectual del menor:
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Comprensión verbal
Donde se evalúa si el pequeño comprende adecuadamente aquello que lee. Para lo que se utilizan las siguientes pruebas:
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Razonamiento perceptivo / visual
En el que se evalúa si el pequeño es capaz de comprender lo que ve y de razonar con ello adecuadamente. Para ello se emplean las siguientes pruebas:
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Memoria de trabajo
Con estas pruebas se evalúa la memoria a corto plazo que utilizamos para saber lo que estamos realizando en cada momento. Para ello se emplean las siguientes pruebas:
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Velocidad de procesamiento
Evalúa hasta que punto el pequeño razona y ejecuta las tareas de acorde a lo esperado o lo hace más rápido o más lento que el resto. Para ello se utilizan las siguientes pruebas:
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Razonamiento fluido
El razonamiento fluido está relacionado con la capacidad de resolver problemas novedosos, pensar de forma lógica, y aplicar habilidades de razonamiento abstracto. No depende directamente del conocimiento adquirido (como vocabulario o cultura general), sino de la habilidad para abordar situaciones nuevas. Mide la capacidad para identificar patrones, la resolución de problemas abstractos, el razonamiento inductivo y deductivo y la flexibilidad cognitiva.
En el WISC-V, el razonamiento fluido se mide mediante dos subtests principales y algunos complementarios, como la aritmética y la comprensión de figuras:
- Matrices: el niño observa una serie de imágenes o patrones organizados en una matriz con un elemento faltante. Debe identificar cuál de las opciones dadas completa la matriz siguiendo un patrón lógico. Por ejemplo, una cuadrícula con figuras geométricas que varían en tamaño, forma o color. El niño debe inferir la regla que las relaciona (por ejemplo, cada fila contiene figuras que aumentan de tamaño) y elegir la opción correcta.
- Balanzas: se presenta un diagrama de una balanza con pesos en ambos lados. El pequeño debe identificar cuál de las opciones mantiene la balanza equilibrada. Un ejemplo sería determinar la cantidad de pesos que deben colocarse en un lado para equilibrar con el otro, utilizando razonamiento numérico y proporcional.
Otros ejemplos prácticos de tareas o pruebas que se emplean son:
Progresión visual: presentar una serie como: ○ ● ○ ● ¿Qué sigue? El niño debe reconocer el patrón alternante y responder.
Analogías visuales: una tarjeta muestra una relación entre dos figuras, como un círculo transformándose en un triángulo. Luego se presenta otra figura y el niño debe deducir su transformación.
Series geométricas: se muestran varias figuras geométricas en orden, como un cuadrado que va rotando en cada paso. El niño elige cómo debería continuar la secuencia.
Creado: 25 de noviembre de 2014