Cada vez que salís a comer fuera de casa a un restaurante o incluso a casa de unos amigos, los buenos modales en la mesa que ha ido aprendiendo vuestro hijo se ponen a prueba. No os preocupéis, es normal: estas salidas suelen suponer ocasiones especiales en las que los principios y buenas conductas pueden dejarse a un lado y producirse cierto desmadre. De hecho, los niños suelen mostrar falta de paciencia para esperar la comida porque tienen hambre, no estarse quietos si se aburren, o incluso les puede entrar una pataleta.
Para conseguir mejores resultados en estas salidas y que los peques se comporten lo mejor posible cuando os sentáis a comer en algún restaurante o terraza, seguid estos consejos:
- En vez de con una comida que se alarga, al principio probad a salir con el pequeño a tomar el aperitivo, a merendar o a tomar algo ligero en una cafetería. Así se irá habituando a comportarse bien en estas situaciones.
- Evitad las horas más concurridas para que el restaurante no esté abarrotado y la comida no tarde demasiado en llegar, lo que hará que las esperas entre plato y plato se alarguen y el niño pueda desesperarse y perder las formas.
- Haced caso a vuestro hijo cuando os hable y dejadle participar en las conversaciones, en la medida de lo posible, aunque sea pidiendo un turno de palabra educadamente.
- Si hay más niños, no los sentéis juntos y a parte durante la comida, ya que los juegos y las distracciones multiplican la desobediencia.
- Procurad no pedir, en lo posible, alimentos que pongan a prueba los buenos modales en la mesa. Por ejemplo, con una sopa es normal que el niño haga más ruido comiendo o se ensucie más.
- Seguid las mismas normas que en casa y alabad su buen comportamiento cuando las cumpla.