En qué consisten las clases invertidas o Flipped Classroom
Actualizado: 28 de junio de 2022
La clave de la metodología didáctica Flipped Classroom está en el protagonismo del alumno, en la implicación y la motivación en su propio aprendizaje. Si en una clase tradicional el estudiante pasa la jornada escuchando las explicaciones de cada materia y luego hace las tareas en casa, en la clase invertida o pedagogía inversa llega al aula con unos conocimientos previos y conceptos básicos adquiridos, y allí se dedica a la realización de sesiones prácticas, muy participativas.
En el aula invertida se interactúa, se colabora con otros compañeros, se dialoga, se experimenta, se generan ideas, y se resuelven dudas. Y para que todo ello se pueda desarrollar adecuadamente, el espacio ha de adaptarse a los alumnos, que eligen cuándo y dónde aprenden. Las clases deben contar con zonas para trabajar en grupos reducidos y hacer actividades tipo taller, o con rincones de aprendizaje específicos.
Otra de las características del Flipped Learning es el uso de las tecnologías, trabajando constantemente con material audiovisual. Uno de sus recursos favoritos son los vídeos: se graban los contenidos en vídeos educativos, para que los estudiantes puedan visualizarlos en casa las veces que deseen (lo que permite captar mejor las ideas). También se hacen fichas, infografías, animaciones multimedia, podcast… El trabajo online fuera de la clase es esencial.
Todo ello se puede aplicar en las distintas asignaturas: desde las más humanísticas hasta las más científicas, e incluso en Educación Física, que es eminentemente práctica. A pesar de su aparente dificultad, ya ha habido varios experimentos exitosos a la hora de invertir esta asignatura. Por ejemplo, el Flipped Classroom funciona bastante bien explicando las técnicas y las tácticas de los diferentes deportes.
En definitiva, el alumno es el pilar básico y el profesor es un guía, un acompañante que lo va observando continuamente, lo ayuda, y lo retroalimenta.
Creado: 21 de junio de 2016