Inteligencias múltiples en la educación: influencia y aplicaciones
Por: Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga clínica sanitaria, especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
La teoría de las inteligencias múltiples tiene implicaciones incuestionables en la educación de los niños. Teniendo en cuenta las nuevas concepciones de la inteligencia podemos ver las capacidades humanas desde otro ángulo, que nos permite grandes posibilidades de acción en el ámbito de la educación.
Cada persona tiene su propio perfil de inteligencias, donde cada uno de los tipos de inteligencia tiene un peso determinado, y se crea así un perfil único y especial. Pero, además, y lo más importante, ese perfil no es estático, sino que va evolucionando a lo largo del tiempo con las experiencias vividas y los aprendizajes de cada uno.
Desde el punto de vista educativo el énfasis se pone en la calidad de las experiencias y aprendizajes que podemos aportar a los niños. Es necesario ofrecerles más posibilidades; no podemos seguir enseñando de la misma manera, porque la enseñanza tradicional se ajustaba al modelo de inteligencia tradicional, en una concepción que no recogía la complejidad de la mente humana. Al descartar ese modelo, debemos descartar también la educación que se centra en las capacidades lingüísticas y matemáticas.
Ha llegado la hora de introducir una educación adaptada a las diferentes inteligencias, y de asumir la importancia de favorecer el desarrollo de las capacidades intelectuales. En las escuelas modernas, la educación del niño ha de incluir actividades, técnicas, medios de evaluación…, que abarquen los diferentes tipos de inteligencia. En la sociedad de la tecnología tenemos muchos recursos para introducir nuevos modelos; por ejemplo, la música, películas, permitir que los niños hablen, que se expresen con su cuerpo o con la música, que hagan categorías, etcétera.
Cómo aplicar la teoría de las inteligencias múltiples en la escuela
La teoría de las inteligencias múltiples propone una educación personalizada, centrada en cada niño, con el fin de que pueda desarrollar sus potencialidades. En el aula, o en casa, no hay por lo tanto un único medio o recurso posible, sino que podemos aprovechar múltiples recursos. Lo aconsejable puede ser dividir el aula en rincones de aprendizaje que permitan dar respuesta a todas las inteligencias.
Por ejemplo, si queremos enseñar los signos de puntuación (punto, punto y coma, coma), podemos establecer diferentes espacios que ayuden a todos los alumnos a comprender estos conceptos y cómo utilizarlos correctamente, de esta manera:
- Desde la inteligencia matemática con cajas para clasificar oraciones en las que se use cada signo de puntuación.
- Desde la musical asignando un sonido a cada signo, y usándolo al leer frases o textos.
- Desde la inteligencia corporal sería hacer el signo con nuestro cuerpo.
- Desde la inteligencia interpersonal se puede hacer una obra de teatro donde cada signo es un personaje (el señor punto, etcétera).
- Desde la inteligencia intrapersonal podemos pedirles a los niños que reconozcan situaciones de su vida que han supuesto un punto y final (cambio de etapa educativa), una coma (la hora del recreo), o un punto y coma (las vacaciones de verano).
- Desde la inteligencia espacial podemos asociar los signos de puntuación a intervalos temporales, por ejemplo, la coma que es una pausa corta puede asociarse a una hora, el punto y coma –algo más largo– puede ser un día, y el punto, toda una semana. También podemos dibujar los signos de puntuación y hacer un mural, en que pegar frases y situaciones que recojan cada signo.
- Desde la inteligencia lingüística sería suficiente colocar los signos de puntuación en un texto, y que los alumnos practiquen después con otros textos en los que falten, para que ellos los coloquen correctamente.
- Para la inteligencia naturalista podemos relacionar cada signo de puntuación con un animal o ser vivo, dependiendo de la duración de su vida. Una coma puede ser una mosca que tiene una vida de varios días, el punto y coma puede ser un perro o un gato, cuya vida está en torno a los 15 años, y el punto una persona, que disfruta de una vida más larga.
Por otro lado, también es recomendable adaptarnos a los niños, en lugar de que ellos se adapten al modo de enseñanza. Si les otorgamos un papel más activo les permitimos que descubran sus capacidades, y podemos adaptarnos a ellas. En este caso podemos trabajar con modelos tipo clase invertida, donde los alumnos buscan información en casa y en el aula se trabaja con esta información en grupos, de manera individual, etcétera.
Creado: 26 de diciembre de 2017