Técnicas alternativas a los castigos
Por: Álvaro Saiz
Psicopedagogo y maestro de educación infantil
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Existen diferentes técnicas alternativas a la hora de conseguir que nuestro hijo deje de comportarse mal que son mucho más efectivas que un castigo tradicional, que suele asociarse a ejercer cierto nivel de violencia física (bofetón, azotes…). Dentro de estas alternativas, dos de las más efectivas y sencillas son el contrato conductual y los programas de fichas.
El contrato conductual
El contrato conductual es un documento escrito que explicita las acciones que el niño está de acuerdo en llevar a cabo y establece las consecuencias del cumplimiento o no de las mismas. Así, también obliga a los padres a cumplir con la parte del trato en el caso de que las conductas que buscaban hayan sido realizadas por su hijo. Este contrato siempre debe ser justo y aceptado tanto por el crío como por los padres, ha de ser claro y, una vez se decide usar esta técnica, no se ha de dejar de lado hasta que el niño interiorice la conducta pretendida.
Estos contratos conductuales deben especificar:
La conducta buscada tiene que conseguirse incrementando poco a poco la exigencia, pasar de no realizarla a hacerlo siempre, rara vez se da. Así que iremos marcando unas pautas intermedias para que el niño vaya viendo sus progresos y no sienta que no lo puede alcanzar. Estos pasos también tendrán sus refuerzos para que el crío se sienta bien consiguiendo esos pequeños éxitos.
Programas de fichas
Los programas de fichas son procedimientos utilizados para registrar estrictamente las conductas que estamos intentando que el niño solucione. Mediante una tabla que estará a la vista en casa, podemos analizar los progresos del niño hasta alcanzar la conducta deseada. Estas deberán ser realistas para la capacidad actual de cada niño.
En estos registros cada vez que nuestro hijo realice bien las conductas que pretendemos (recoger los juguetes, no tirar su ropa, portarse bien con su hermano, etcétera) haremos una marca que se irán sumando durante una semana en el caso de conductas rutinarias y en más tiempo en conductas más esporádicas (como comportarse bien cuando juega al fútbol con su equipo).
Si al acabar el periodo de tiempo estipulado ha conseguido todas las cruces en algún objetivo recibirá algún pequeño premio para que se sienta gratificado. Cuando no consiga todas las cruces en alguna conducta, ésta volverá a aparecer la siguiente vez que se realice un programa de fichas. Aunque el niño haya conseguido todas las cruces en una semana, es aconsejable que esas conductas vuelvan a aparecer la siguiente semana y el tiempo que veamos necesario hasta que el pequeño las haya interiorizado y no requiera de ningún refuerzo para llevarlas a cabo.
Es recomendable que, cada vez que lo hagamos, no pongamos más de cinco aspectos para mejorar, así será más sencillo controlarlas. Además, nuestro hijo no se sentirá agobiado por tener que cambiar tantas cosas de golpe.
Lo mejor de esta técnica es que el propio niño se sentirá responsable de conseguir modificar su conducta, mientras va consiguiendo pequeños incentivos que le endulzarán el camino hasta la meta que nosotros hemos marcado. Al tener siempre presente las tablas, siempre se esforzará por conseguir poner las cruces y así generaremos el hábito bueno en su comportamiento.
Creado: 16 de abril de 2013