Ver pornografía puede alterar la sexualidad de los jóvenes
30/04/2013
El acceso a la pornografía de los adolescentes, sin contar con el apoyo de una correcta educación sexual, puede hacer que se altere su criterio y su comportamiento sexual en el futuro.
Según los expertos, el consumo de contenidos eróticos o pornográficos a ciertas edades puede provocar que el joven tenga una visión distorsionada de la realidad, caracterizada por una carencia de valores afectivos, y que se sienta estimulado a iniciar precozmente las relaciones sexuales sin contar con una información suficiente, que le permita tomar decisiones responsables al respecto.
Las nuevas tecnologías han propiciado que ciertos contenidos, normalmente reservados a los adultos, estén ahora también al alcance de niños y adolescentes. Así, un reciente estudio realizado en la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, que ha recogido los testimonios de 4.600 jóvenes de entre 15 y 25 años residentes en Países Bajos, ha revelado que el 88% de los varones y el 45% de las mujeres habían accedido a contenidos sexuales explícitos –en Internet, vídeos, revistas, televisión, etcétera– en el último año.
El problema puede surgir si la educación sexual de los jóvenes se basa en la pornografía, algo irreal, que presenta modelos distorsionados, y les puede crear falsas expectativas
Carlos San Martín, sexólogo y terapeuta, y secretario general de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual, explica que el problema puede surgir si la educación sexual de los jóvenes se basa en la pornografía, algo irreal, que presenta modelos distorsionados, y que les puede crear falsas expectativas.
Según los expertos, es normal que los adolescentes sientan curiosidad por el sexo y consulten las fuentes de información disponibles. De hecho, esto puede ocurrir a edades tempranas, incluso en la preadolescencia, ya que, como afirma San Martín, el momento de alcanzar la madurez psicosexual es diferente en cada niño y está determinado por su curiosidad.
Este especialista señala que el hecho de consumir pornografía no es malo en sí mismo, pero que en el caso de los más jóvenes, esto debe ir acompañado de una sólida educación sexual para que los menores no se confundan y puedan comprender que lo que están viendo es solo una forma de entretenimiento y estimulación. De lo contrario, y si los adolescentes adoptan como referencia los comportamientos que se muestran en la pornografía, pueden llegar a sentirse frustrados e incluso sufrir disfunciones sexuales por el miedo a no ser capaces de reproducir lo que han observado en este tipo de contenidos.
Actualizado: 16 de septiembre de 2019