5 Cosas qué no debes hacer en verano con un recién nacido
Actualizado: 4 de mayo de 2023
Los bebés recién nacidos son frágiles, necesitan rutinas, dormir todo lo posible, y llevar una vida más o menos tranquila y ordenada. A veces, como padres, sobre todo si somos primerizos, nos cuesta aceptar esta bajada de ritmo que impone el nuevo miembro de la familia, especialmente en verano, cuando el calor aprieta, la necesidad de vacaciones se hace imperiosa, y la nostalgia nos lleva a recordar aquellos viajes mochila a la espalda en los que hacíamos grandes rutas por países exóticos.
Tener un bebé de pocos meses en tu vida no es incompatible con el verano, las vacaciones y los viajes, pero es importante tomar precauciones y seguir una serie de consejos para cuidar su salud, empezando por un listado de cosas que nunca, bajo ningún concepto, tenemos que hacer en verano con nuestro hijo recién nacido, como las que detallamos a continuación:
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Exponerle de forma directa a la luz solar
Esto no significa que no podáis ir a la playa. Es más, los bebés necesitan luz solar para cubrir sus necesidades de vitamina D, pero para ello basta con un paseo de 10 o 15 minutos por la calle. Debéis tener en cuenta que la piel de un recién nacido es muy frágil y no se puede exponer de forma directa a la luz solar.
Si vais a la playa es conveniente evitar las horas del día en las que mayor impacto tiene el sol –entre las 12:00 y las 16:00 horas del mediodía–, y el bebé siempre debe estar a la sombra y llevar puesto un protector solar de filtro físico, camiseta y gorra. No hay que confiar en las sombrillas, porque estas dejan pasar un buen porcentaje de radiación solar.
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No vigilarlo mientras está en una piscina o en una bañera
Damos por hecho que nadie va a dejar solo a un bebé o a un niño pequeño en una piscina pública o privada, pero suele ser más fácil que nos confiemos si se trata de una piscina hinchable de aquellas que podemos tener en casa, o en una bañera. Sin embargo, seis centímetros de agua y 20 segundos de despiste son suficientes para que un bebé se ahogue, así que mucho ojo con el agua.
Sobre todo, aparte de no quitarle ojo, no dejéis objetos flotando a su alcance que puedan captar su atención y desequilibrarle haciendo que se sumerja sin querer.
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Dejarlo solo en el coche
Cada año durante los meses de verano salta a los medios de comunicación alguna noticia trágica con un bebé o una mascota como protagonistas, fallecidos tras asfixiarse en el coche. Nunca, pero mucho menos en verano, hay que dejar a un bebé solo en el coche, aunque sea para hacer un recado que pensamos que nos va a llevar dos minutos. Las altas temperaturas que se alcanzan en el interior de un vehículo parado en pleno verano pueden poner en riesgo su vida, ya que además los pequeños no pueden pedir ayuda.
Así que si debéis hacer un recado tenéis dos opciones: por un lado, aparcar y llevaros al recién nacido con vosotros, o ir acompañados por una persona responsable que se quede al cuidado del pequeño en el coche con las ventanillas bajadas o, si el calor es muy asfixiante, con el aire acondicionado en marcha.
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Pretender hacer el viaje de nuestras vidas
Podéis viajar con un bebé de menos de seis meses, pero quizás este no sea el verano más indicado para hacer vuestro viaje soñado, ese en el que queréis visitar en dos semanas ocho ciudades distintas y sin perderos ninguna de sus atracciones turísticas. Como hemos dicho al principio un bebé necesita descanso, rutinas y tranquilidad, así que si organizáis una escapada vacacional con el peque, tened esto en cuenta a la hora de planificar vuestros itinerarios. Recordad que os quedan muchos veranos por delante para disfrutar esas vacaciones soñadas.
El mismo consejo vale para los viajes en coche. Con un bebé es mejor dejar de lado las prisas por llegar y planificar el viaje dejando espacio para hacer suficientes paradas, porque no es bueno que los bebés vayan sentados durante mucho tiempo seguido en las sillitas de coche –podrían sufrir el container baby syndrome–. Además, hay que asegurarse de que la temperatura sea la adecuada para él o ella, y que esté bien hidratado.
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Darle agua
La OMS recomienda que los bebés tomen lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y a partir de ahí, y por lo menos hasta los dos años de edad, que esta se complemente con otros alimentos. Lo de “lactancia materna exclusiva” también implica al agua, y un bebé de menos de seis meses no debe beber agua. Tampoco en verano, y ni siquiera los bebés alimentados con leche artificial.
La razón es que dar agua a un recién nacido puede provocar que se sacie y que, por lo tanto, no consiga la ingesta de nutrientes necesaria a través de la lactancia. Si le das el pecho, puede que tú bebé demande más durante los meses de verano, pero eso no significa que se quede con sed, sino que necesita beber más a menudo para calmarla. La leche materna está diseñada para saciar el hambre y la sed, así que tranquilos, el agua puede esperar.
Creado: 6 de agosto de 2019