Cómo funciona la incubadora
Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
La incubadora funciona casi como un “útero artificial”, creando un ambiente óptimo para el recién nacido. Hay varios aspectos importantes a tener en cuenta en el funcionamiento de la incubadora y sus efectos sobre el bebé:
Control de temperatura
Todas las incubadoras tienen un sensor que mide la temperatura corporal del recién nacido. Este sensor se llama servocontrol y se pega a la piel del bebé. Cuando detecta que la temperatura del bebé es menor de 36º, la incubadora emite calor para mantener la temperatura adecuada. También es capaz de detectar fiebre en el bebé.
Aislamiento
La incubadora es a fin de cuentas un espacio cerrado bien aislado gracias a los filtros de aire que hay en los conductos al exterior. Estos filtros son capaces de retener el polvo y los alérgenos que hay en el ambiente, pero también juegan un papel muy importante al impedir que los gérmenes del exterior puedan entrar en contacto con el recién nacido. Por ello, las incubadoras son muy útiles para proteger a los neonatos inmunodeprimidos.
Control de humedad
Para controlar la hidratación no sólo es importante la temperatura del entorno, también lo es el grado de humedad, ya que un ambiente muy seco favorece la deshidratación aun con temperaturas bajas. La incubadora tiene sensores que cuando detectan una bajada sensible de la humedad hacen que se activen los humidificadores del ambiente (mucho más sutiles que los que estamos acostumbrados a utilizar en casa).
Control del peso
La superficie de la incubadora tiene incorporada una pesa electrónica que lleva un registro continuo del peso del bebé. Gracias a ella podemos ver cómo evoluciona el neonato sin necesidad de tener que movilizarle cada poco tiempo.
Monitorización
El recién nacido que está dentro de una incubadora tiene en su superficie corporal varios electrodos capaces de registrar las funciones vitales básicas. Estos sensores incluyen un electrocardiograma que registra el ritmo cardíaco, un electroencefalograma que registra la actividad cerebral, y sensores de frecuencia respiratoria. Todos ellos están adaptados tanto a bebés prematuros como a los que no lo son.
Terapia intravenosa
Una de las dificultades que presentan los neonatos es la complicación que supone colocarles una vía intravenosa que sirva para hidratarles con sueros o para poder inyectarles medicamentos en vena. Dentro de la incubadora se puede dejar una vía intravenosa colocada temporalmente, que será muy útil cuando sea necesario utilizarla. Se puede retirar esta vía cuando se quiera, ya que la incubadora tiene en al menos una pared lateral escotillas que permiten el paso de instrumentos y de las manos, para poder manipular al bebé cuando sea necesario.
Suplemento de oxígeno
Los recién nacidos prematuros tienen muchas más probabilidades de desarrollar enfermedades pulmonares los primeros días de vida. Una de las medidas que se pueden tomar en estos casos es la administración de oxígeno al bebé; habitualmente se utiliza una mascarilla, pero no es un medio muy útil en los neonatos. La incubadora permite crear una atmósfera rica en oxígeno que favorece el buen desarrollo del recién nacido.
Ventilación mecánica
Hay situaciones graves en las que el recién nacido no puede respirar por sí solo, por ejemplo, si está en coma. En estos casos no queda más remedio que intubarles y hacer que una bomba de la incubadora realice la inspiración y la espiración por ellos.
Luz ultravioleta
Todas la incubadoras tienen una lámpara de rayos UVA instalada. Los rayos UVA son unos rayos lumínicos que se encuentran también entre los rayos del sol, y en cantidades moderadas tienen efectos beneficiosos para el organismo. Algunos de sus efectos son activar la vitamina D endógena del organismo (que evita la aparición de raquitismo en los neonatos) y también inactiva la ictericia neonatal, ya sea patológica o natural.
Creado: 25 de julio de 2012