Gases en el bebé
Nuestro bebé está incómodo, se retuerce y se tira muchos pedetes. Lo más probable es que sufra gases, un mal habitual en recién nacidos. Te explicamos cómo prevenirlos y cómo ayudarle a expulsarlos para aliviar sus molestias.

Causas de los gases en los bebés y cómo identificarlos

Por: Alhelí Quintanilla

Periodista especializada en bienestar, embarazo e infancia

Actualizado: 4 de marzo de 2025

Todo el mundo, en mayor o menor medida, tiene gases, pero sin duda los bebés los sufren más porque su sistema digestivo está recién estrenado y todavía no es capaz de procesar bien su principal alimento en los primeros meses, la leche, ya sea materna o de fórmula. También conviene ir con cuidado una vez iniciada la dieta sólida.

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Causas que provocan gases a los bebés

Por todo ello, conviene conocer los factores más comunes que generan gases en los bebés e identificar cuáles son los que los provocan en tu pequeño para poder ponerles remedio:

  • No sacar bien el aire después de las tomas. Es primordial que nuestro bebé eructe después de ingerir su leche, bien de pecho –en cuyo caso lo hará entre uno y otro– o de biberón.
  • Una mala postura de succión: el bebé traga mucho aire mientras come porque no tiene la boca completamente cerrada en torno al pezón o la tetina
  • Cólicos del lactante: si vuestro bebé los sufre, éstos le provocarán crisis de llanto prolongado, lo que hará que trague aire y sea más propenso a tener gases.
  • Intolerancias lácteas: la difícil digestión de la lactosa, las proteínas y otros nutrientes presentes la leche materna o de fórmula. Esta intolerancia va acompañada de deposiciones abundantes y muy ácidas, retortijones y llanto.
  • APLV: algunos lactantes pueden ser alérgicos a la proteínas de la leche de vaca (APLV) y tener dificultades intestinales. En estos casos, la madre tiene que dejar de tomar lácteos o, en el caso de que tome biberón, hay que recurrir a fórmulas especiales.
  • La introducción de alimentos sólidos puede causar pequeños desórdenes alimentarios y gases mientras el bebé se acostumbra a su nueva dieta. En este sentido, es importante evitar verduras flatulentas como el brócoli o la coliflor en sus purés hasta que no sea un poco más mayorcito, hacia los ocho meses.

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*Falso mito: Existe la creencia generalizada, y completamente errónea, de que si la madre toma alimentos flatulentos como las legumbres, los gases que producen se transmiten a la leche, lo cual es completamente falso.

Cómo diferenciar gases, cólico y reflujo en bebés

En bebés muy pequeños resulta a veces complicado distinguir si éste sufre los famosos cólicos del lactante, reflujo gastroesofágico o simplemente gases, o bien alguna de estas tres dolencias combinadas. Te explicamos las principales diferencias entre ellos:

  • Cólicos del lactante: entre los quince días y los cuatros meses de vida es muy frecuente que el bebé rompa a llorar desconsolado, en general por la tarde-noche, una llantina que puede durar desde minutos a varias horas. Si este patrón se repite durante al menos tres horas al día, tres días a la semana y al menos tres semanas, estamos ante los famosos y misteriosos cólicos del lactante, de origen aún desconocido y sin remedio comprobado –más allá de la paciencia–. Tanto lloro y desconsuelo provocará, muy probablemente, que el bebé trague aire, con lo que conviene tomar las medidas oportunas para confortarle. 

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Cólico del lactante
  • Reflujo gastroesofágico: casi todos los bebés expulsan un poco de leche –regurgitan– después de las tomas, una costumbre que tiende a desaparecer al cabo del año. Sin embargo, a veces, este reflujo viene acompañado con otros síntomas que se pueden confundir con gases: el bebé arquea la espalda durante la toma o justo después, no tiene mucho apetito o está irritado cuando ha acabado de comer: se trata de un tipo de reflujo, llamado gastroesofágico, más grave y duradero que deberá ser diagnosticado y tratado por un pediatra. 
Reflujo del bebé
  • Gases: no es más que aire que entre o se produce en nuestro cuerpo y que es necesario expulsar, en el caso de los bebés, con eructos o con pedetes frecuentes y ¡muy poco recato! Si un bebé tiene gases no querrá seguir comiendo, agitará las piernas, se retorcerá, llorará… si después de expulsarlo por arriba o por abajo se relaja, es que ese era el origen de su malestar. 

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Gases del bebé

Sin embargo, si observamos que el problema persiste y no tenemos claro su origen, lo mejor es acudir al pediatra para descartar posibles patologías, intolerancias alimentarias o alergias.

Prevenir los gases del bebé

Vigila que el agujero de la tetina no sea ni muy grande ni muy pequeño.

Cómo prevenir los gases en el bebé

Que un bebé erecte o se tire pedetes no sólo es normal, sino necesario para su correcto desarrollo. A veces, sin embargo, le entran más gases de lo normal, su aparato intestinal genera demasiados o el bebé expulsa menos de los que debería, lo que le hace estar incómodo. Para prevenir este exceso de gases en el bebé o sus molestias podemos tomar las siguientes medidas:

  • Adopta una buena postura de amamantamiento: el bebé debe agarrarse al pecho con la boca bien abierta, los labios hacia afuera y la barbilla y la nariz tocando el pecho. Además, no debe estar demasiado encogido, sino estirado. Deja que succione tranquilo y vacíe por completo el pecho antes de pasar al otro.
  • Vigila la tetina del biberón: si toma biberón, asegúrate de que el orificio de la tetina no es ni demasiado pequeño, o al bebé le costará succionar y tragará aire, ni demasiado grande, lo que hará que coma demasiado rápido. Además, el mercado ofrece una amplia gama de biberones especialmente diseñados para evitar o reducir los gases, pregunta en tu farmacia que seguro que sabrán aconsejarte entre los diferentes modelos existentes.
  • Ayúdale a expulsar los gases: una vez que el bebé ha comido, tiene que eructar. Para ello colócalo sobre tu espalda, con la barbilla apoyada en el hombro y dale unas palmaditas suaves con la mano algo hueca. Esta suele ser la postura más habitual para sacer el aire. Sin embargo, también se puede poner al bebé sentado en tu regazo, agarrado por delante con una mano, mientras que con la otra le damos palmadas en la espalda. Otra posibilidad es dejarlo boca abajo, levantándole la cabeza para que queda más alta que el pecho, e insistir con las palmadas.
  • Tomas relajadas: el bebé tiene que comer tranquilo, sin ansia ni llantos, tragando con calma. Es mejor que coma a menudo, si así lo solicita, que ser muy estricto con los horarios de las tomas. Además, conviene mantenerlo erguido un rato después de comer.
  • Bañeras anticólicos: este tipo de bañeras, altas y circulares, en las que el bebé está erguido con las piernas dobladas, también resultan útiles en los primeros cinco-seis meses para prevenir los gases del recién nacido.

Creado: 10 de julio de 2018

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