No hay hora fija ni momento adecuado para tocar a nuestro bebé. Todos son buenos. Y no siempre las caricias tienen que provenir de la madre, la persona a la que el bebé se siente más vinculado: el padre, los hermanos, los abuelos o su niñera pueden hacerlo igual de bien.
Tocar al bebé siempre nos une más a él. Las posibilidades son enormes, aquí te presentamos algunas de las más reconfortantes tanto para ti como para él:
- Cogerle en brazos, besarle, abrazarle, acunarle, hacerle cosquillas… No hace falta poseer ninguna técnica especial ni ser un experto en la materia. Basta con mostrarse tranquilo, tener un poco de cuidado y muchas ganas de transmitir amor. Podemos, y debemos, aprovechar los momentos que nos brindan los cambios de pañal o el baño para acercarnos aún más a nuestro bebé.
- Los masajes: importado de la cultura asiática, el masaje infantil diario es un buen método para estimular el desarrollo de los bebés. Un ambiente sereno y aceite de almendras son dos de sus requisitos imprescindibles. Además, los padres pueden seguir un curso para aprender cómo se debe tocar cada parte del cuerpo del pequeño. El masaje es especialmente recomendable para niños prematuros, con problemas de sueño o cólicos. Otra técnica milenaria para sanar niños es la reflexología podal infantil, que se puede practicar a partir de los tres meses.
- Según se hace mayor y va abriendo las manitas, podemos estimular su sentido del tacto permitiendo que el bebé sienta y toque todos los objetos que tiene a su alrededor. Experimentar la comida es otra forma estupenda de que conozca el mundo. Como dejar que nos toque la cara, el pelo, la cara…
