Dudas sobre la administración de vitamina K al bebé
Actualizado: 28 de junio de 2022
Cuando se trata de realizar pruebas o administrar un tratamiento a un bebé, sobre todo si es recién nacido, es lógico que a los padres les surjan dudas sobre el balance riesgo beneficio que supone para su hijo o hija. A continuación damos respuesta a las principales cuestiones que pueden plantearse los progenitores sobre la administración de vitamina K al recién nacido:
¿Hay algún riesgo asociado a la administración de vitamina K al recién nacido?
Como único riesgo asociado puede aparecer dolor vinculado a la punción o un pequeño hematoma en la zona de inserción de la aguja, que se absorbe espontáneamente en los días siguientes. La polémica asociada a esta práctica apareció en los años 90 cuando se publicaron dos estudios de un mismo investigador que sugerían que la inyección intramuscular de vitamina K al nacer podría relacionarse con mayor incidencia de cáncer infantil.
Sin embargo, los estudios publicados sobre este aspecto son deficientes desde el punto de vista metodológico y su grado de evidencia es muy bajo; además, múltiples estudios posteriores han comprobado que no se apreciaba una relación entre la administración de la vitamina y la frecuencia de cáncer, por lo que actualmente no se considera que exista relación directa entre el cáncer infantil y la vitamina K intramuscular, y todas las asociaciones de pediatría recomiendan que se haga esta práctica de forma rutinaria.
¿Puedo negarme a la administración de vitamina K a mi bebé?
A los padres que se nieguen a administrar la vitamina K por vía intramuscular el pediatra les explicará los riesgos que ello conlleva, y les ofrecerá la administración por vía oral. Si aun así se niegan, en la mayoría de los hospitales de maternidad se les hace firmar un consentimiento escrito en el que asumen las consecuencias que pueden derivar de su decisión. Un bebé que no recibe vitamina K al nacimiento tiene un riesgo 81 veces mayor de desarrollar enfermedad hemorrágica del recién nacido.
¿Si el bebé es prematuro se administra la misma dosis de vitamina K?
Por lo general podemos decir que en los bebés prematuros se administra la mitad de la dosis (0.5 mg), por vía intramuscular o intravenosa. En los bebés extremadamente prematuros, por debajo de 1000 gramos de peso, se administran dosis más bajas (0.25-0.3 g). En los recién nacidos a término y sanos la dosis de 1 mg es segura y no se vincula a ningún riesgo más allá del dolor por el pinchazo local, lo que puede minimizarse si se hace mientras el niño está amamantado.
¿Se puede posponer la administración de vitamina K y esperar a que mi bebé no sea tan pequeño?
No, no puede demorarse la administración de vitamina K si se espera que sea efectiva. El riesgo de desarrollar una enfermedad hemorrágica del recién nacido por déficit de vitamina K es mayor en los primeros días y semanas de vida, por lo que, si se demora su administración o se inicia más allá de los tres meses, no tienen ningún efecto preventivo.
Si ingiero más alimentos ricos en vitamina K, ¿puedo administrarlo al bebé a través de la lactancia y evitar así el pinchazo?
No, de esta forma no es efectivo. Los depósitos de vitamina K del recién nacido son mínimos y no se pueden compensar únicamente con el aporte que obtenga a través de la leche materna. Para disminuir el riesgo de enfermedad hemorrágica es necesaria la administración de vitamina K intramuscular o, en su defecto, vitamina K oral durante 12 semanas, aunque este último procedimiento no es igual de efectivo que el hacerlo por vía intramuscular.
Creado: 18 de enero de 2021