El bebé con síndrome de Down
La crianza de un bebé con síndrome de Down está condicionada por características físicas y mentales que pueden afectar a su desarrollo. Te explicamos todo lo necesario para un mejor cuidado desde el nacimiento.

Lactancia y alimentación en el niño con síndrome de Down

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

La alimentación es un ámbito que hay que vigilar bastante en los pequeños con síndrome de Down. Para ellos, al igual que para cualquier bebé, la lactancia materna es lo más recomendable: aporta los nutrientes que necesitan, además de presentar ventajas inmunológicas y de apego con la madre. Sin embargo, los bebés con trisomía 21, precisamente por la debilidad muscular que tienen en la lengua, suelen tener dificultades para coordinar la succión y la deglución. Así lo refrenda el experto en salud de la Federación Española de Síndrome de Down (Down España), Pepe Borrel: “la hipotonía, y la especial configuración de la boca, pequeña, con la lengua grande o hipotónica, puede complicar el proceso de la succión”.

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Esto, junto a un crecimiento dental más tardío, también les afectará cuando se vaya introduciendo de forma paulatina la alimentación complementaria, pudiendo costarles más masticar y tragar, así como acostumbrarse a la textura sólida de los alimentos. Por eso es necessario tener paciencia si tardan más tiempo en cada comida y hay que vigilar que no se atraganten. Pero, tal y como asegura el doctor Pepe Borrel: “en los programas de atención temprana esto ya se trabaja con el logopeda y otros profesionales”, por lo que poco a poco el problema se irá minimizando.

Sin embargo, el psicólogo y experto en Atención Temprana de Down España, Isidoro Candel, hace alguna puntualización al respecto: “las personas con síndrome de Down son muy diferentes, y no todos los niños funcionan igual y hacen las mismas cosas: unos mastican pronto y otros tardan mucho más; pero siempre hay que tener en cuenta la educación y el trato que estos pequeños reciben en casa. No debemos suponer que un niño con síndrome de Down no hace algunas cosas por su discapacidad; más bien puede ser porque no se le está tratando de forma adecuada, consintiéndole demasiado, o evitándole esfuerzos; o, por el contrario, exigiéndole más de la cuenta. Es decir, que puede tener dificultades de masticación por una deficiente implantación dentaria, por ejemplo, pero también porque en casa se le ha acostumbrado a tomar solamente tarritos, ya que rechaza los sólidos, aunque luego es capaz de comer patatas fritas y un filete de carne porque le gustan”.

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Lactancia materna en los niños con síndrome de Down

Por otro lado, en lo relativo al aparato digestivo, como existe una falta de tono de la musculatura abdominal, e incluso se pueden presentar ciertas malformaciones digestivas, es frecuente que tu hijo sufra estreñimiento. Por ello es importante que te asegures de que su dieta sea rica en fibra.

Y, por último, se ha de tener en cuenta que, básicamente por causas de malabsorción intestinal, los niños con síndrome de Down pueden presentar intolerancias o alergias alimentarias. De hecho, la celiaquía o intolerancia al gluten es más frecuente en estos pequeños, “siendo los síntomas habitualmente muy poco clarificadores. Por eso se recomienda descartarla determinando la existencia de anticuerpos desde los dos o tres años y, de nuevo, a los 6-7 años, pero teniendo en cuenta que puede presentarse durante toda la vida”, indica Pepe Borrel.

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En general, lo que debes procurar es que tu hijo, como cualquier niño, lleve una alimentación equilibrada, sin olvidar que practique ejercicio físico para evitar la obesidad.

Creado: 5 de mayo de 2015

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