Profilaxis ocular neonatal: cómo y para qué se hace
Actualizado: 4 de mayo de 2023
Qué es la profilaxis oftálmica del recién nacido
En casos de familiares muy cercanos o de nuestro propio bebé, hemos podido observar que el recién nacido, al salir del paritorio, tiene los ojos impregnados de una sustancia un tanto pegajosa de color amarillento. Se trata de “una pomada de eritromicina o tetraciclina, que se aplica tras el parto, puesto que es muy importante hacer profilaxis oftálmica de las posibles infecciones por microorganismos de transmisión sexual de la madre, la cual puede evitar conjuntivitis de graves consecuencias locales en ojos, e incluso sistémicas”, explica Gracia Peña, oftalmóloga del Grupo IHP (Instituto Hispalense de Pediatría).
Esta conjuntivitis neonatal se puede adquirir por microorganismos tales como el de la gonorrea o la clamidia (o incluso por virus como el del herpes genital, aunque es muchísimo menos frecuente), que están en el canal del parto; pero también puede producirse por contaminación directa, por lo que la profilaxis ocular se ha de utilizar igualmente si el nacimiento ha sido por cesárea. Y es que aunque en la mujer enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la clamidia pueden ser asintomáticas, en el bebé pueden conllevar muchas complicaciones.
En definitiva, con una solución antibiótica aplicada por vía tópica en ambos ojos y en una única dosis, que es indolora para el pequeño, se pueden evitar graves problemas. De hecho, es una recomendación respaldada por toda la comunidad médica a nivel internacional, e indicada por la Organización Mundial de la Salud.
Cómo se realiza la profilaxis ocular neonatal
Respecto a esta profilaxis de los ojos del recién nacido podemos tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Qué es la conjuntivitis neonatal y qué la causa
El recién nacido puede presentar conjuntivitis (principalmente en las cuatro primeras semanas de vida, aunque habitualmente aparece entre el segundo y el quinto día tras el nacimiento) por varias causas como la obstrucción de las vías lagrimales o de tipo irritativo. Pero si se produce por causas infecciosas, la oftalmóloga del Grupo IHP (Instituto Hispalense de Pediatría) Gracia Peña señala que “se requiere rápida actuación con intervención pediátrica”.
Este cuadro clínico se caracteriza por una inflamación del globo ocular, con secreciones acuosas o purulentas, que puede presentar complicaciones y desencadenar una lesión ocular permanente, o incluso ceguera.
Según especifican desde el hospital Vall d’Hebron en su protocolo de diagnóstico y tratamiento de la conjuntivitis neonatal de 2019 “actualmente, en los países desarrollados Chlamydia trachomatis es el agente más frecuente de conjuntivitis neonatal (2-40% de las conjuntivitis neonatales)”. También son causantes otras bacterias (30-50% de los casos) como el Staphylococcus spp., el Streptococcus o la Escherichia coli”. Eso sí, estos expertos sindican que “la prevalencia de conjuntivitis neonatal por Neisseria gonorrhoeae ha disminuido drásticamente desde la instauración de las medidas profilácticas en países industrializados”.
Así, el pronóstico y el tratamiento variará según el agente infeccioso causante. Eso sí, siempre hay que mantener mucha higiene para evitar contagios en el pequeño.
Creado: 19 de mayo de 2022