La hora bruja de la lactancia: cómo calmar al bebé
Actualizado: 2 de marzo de 2023
Los padres se ponen a prueba a menudo cuando sus recién nacidos empiezan a llorar inconsolablemente y no saben lo que les pasa. Esto sucede con la llamada hora bruja u hora loca, un episodio de llanto desconsolado que suele darse por la tarde-noche (a partir de las 5 o las 6 de la tarde, y especialmente entre las 8 y las 9) y que genera bastante nerviosismo en toda la familia, ya que hagan lo que hagan los padres no logran calmar al pequeño. “Después de un día de muchos estímulos, tras una intensa jornada, llega el momento en que los bebés no pueden más y estallan. Los adultos tenemos herramientas para expresar nuestras emociones, pero ellos solo pueden reaccionar llorando. Están cansados y no son capaces de relajarse y dormir o comer”, indica la asesora de lactancia y psicóloga clínica pacense Purificación Barroso.
Entre las primeras semanas de vida y los cuatro meses principalmente es cuando este fenómeno de la hora bruja –que algunos expertos llaman también disritmia vespertina o síndrome de 5 a 9– puede ser más frecuente, porque los bebés se están adecuando a su nueva vida fuera del plácido vientre materno, a veces a un ritmo demasiado difícil de asimilar para ellos. Aunque, como reconoce la experta Barroso “podría aparecer en cualquier edad, ya que vivimos en un mundo muy estresante tanto para adultos, como para niños”.
Cómo influye la hora bruja en la lactancia
La hora bruja u hora cero es un “reto” para la lactancia, puesto que los bebés “pagan su cansancio con lo que más quieren; la mamá y la teta”, señala la asesora de lactancia materna Purificación Barroso. Ese estado de nerviosismo les hace reaccionar rechazando el pecho: “no son capaces de relajarse. La succión les ayudaría mucho, pero les cuesta dejarse llevar. De hecho, cuando son más mayores suelen cambiar de teta constantemente hasta que finalmente les rinde el sueño”, añade la experta.
Además, la hora bruja se puede confundir con las crisis de lactancia o los brotes de crecimiento, cuando los bebés también suelen ponerse inquietos durante la toma. Sin embargo, en estos últimos casos el problema puede surgir durante cualquier momento del día, mientras que la hora bruja es propia de las tomas de la tarde-noche.
“Lo ideal sería que no vengan muchas visitas, que el bebé no vaya de brazos en brazos, que no haya jaleo alrededor durante las últimas horas de la jornada…”
Sea como sea, la falta de información y los momentos de agobio que suponen estos episodios, sobre todo para la madre, que también llega bastante cansada a la noche; le hacen plantearse si hay algún problema con la lactancia materna. De hecho, esta hora bruja suele ser la causante de que muchas mamás opten por dar biberones de refuerzo al creer que su leche es insuficiente. Sin embargo, la experta en lactancia Purificación Barroso deja claro que: “el bebé no es que esté rechazando la teta y no se relajará más con un biberón. El biberón no le va a quitar el cansancio”.
Debido al intenso llanto, que puede durar de una a dos horas, incluso se puede llegar a confundir con los cólicos del lactante (los pequeños no saben decirnos si les duele algo o no), llegando a recurrir a infusiones, suplementos o medicación, que el bebé no tendría por qué tomar de ninguna de las maneras.
Qué hacer en la hora bruja: cómo tranquilizar al bebé
Ya que tenemos claro que los episodios de la hora bruja son provocados por un estado de nerviosismo y cansancio acumulado de los bebés, tenemos que procurar normalizar la situación y hacer que especialmente esas últimas tomas del día sean lo más relajadas posibles. Para ello, podemos seguir algunos de los consejos que nos da la asesora de lactancia y psicóloga clínica pacense Purificación Barroso:
Creado: 28 de abril de 2022